México después de Ingrid

LEO AGUSTO

OPINIÓN 12/02/2020 09:42 LEO AGUSTO Actualizada 09:42

Ayer antes de las ocho de la mañana, Claudia Sheinbaum se pronunció con indignación en redes sociales por el feminicidio de Ingrid Escamilla y refrendó su compromiso de trabajar en erradicar la violencia contra las mujeres, compromiso que al día de hoy no ha sido suficiente. Después, la jefa de gobierno siguió con su agenda como cualquier otro día.

La filtración de fotografías de la víctima a medios de comunicación terminó por incendiar la pradera digital. Especialmente, por el tratamiento que dieron al feminicidio de Ingrid en los diarios Pásala y La Prensa. Sin embargo, el pronunciamiento de la jefa de gobierno llegó cuando la indignación cabalgaba rampante en redes sociales por el odio del agresor en contra de la víctima, por el dolo y la situación vulnerable de la mujer de 25 años originaria de Puebla y con una vida por delante. 

La sociedad está desgastada, cansada, harta de gritar “ni una más”. Las mujeres se han cansado de salir a marchar, de pintar monumentos, pero según el pulso de las redes sociales, las indignadas cada vez son más y dispuestas a manifestarse.

Claudia Sheinbaum y Enrique Graue enfrentan desde la primera línea de sus posiciones la violencia de género como emergencia, tanto en el exDF como en la UNAM. A Graue ya se le contaminó el conflicto. ¿Cómo enfrentará la jefa de gobierno el feminicidio, como un problema estructural?

Bitácora de lo absurdo. El Estado, distante y ajeno ante la tragedia, distancia plasmada en la falta de empatía de López Obrador que no quiere que los feminicidios “volteen” el sentido de las mañaneras: “no quiero que los feminicidios opaquen la rifa”, dijo el lunes, el mismo día que recibió un cheque como devolución de lo “robado” al pueblo, de manos del fiscal Gertz Manero. @LeoAgusto

 

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