Querido diario: Tuve un sueño. Fui a ver una obra de teatro. No voy a decirte cuál para no dar de qué hablar más de lo necesario, pero es protagonizada por dos artistas jóvenes y bellos.
El caso es que al dormirme soñé que iba a trabajar. Cuando toqué la puerta, en la habitación del motel, me recibieron los dos artistas de la obra que acababa de ver. Ella hermosísima, él muy guapo.
Ella me besó apasionadamente. Tomó mi cara con sus manos y metió su lengua en mi boca, deliciosamente. Él nos miraba sin decir nada, sólo observaba.
Ella comenzó a desnudarme apretando mis senos y lamiendo mis pezones. Me apretaba las nalgas, me acariciaba la espalda. Cuando me tuvo desnuda, me llevó a la cama y siguió besándome, trenzando sus piernas a las mías. Entonces él se nos unió.
Se metió en nuestro beso y las tres lenguas por un momento se encontraron. Entonces ella tomó mi mano y la puso sobre su pecho, comencé a apretárselo deliciosamente, él me tomó la otra mano mientras la besaba a ella y la puso en su erección, comencé a masturbarlo mientras veía la escena, entonces no aguanté más y comencé a chupársela.
Ella puso su mano en mi entrepierna mientras se besaba con el galán. Poco a poco nos fuimos acomodando, ella me comía el sexo, yo se la mamaba a él y él lamía la entrepierna de la bella actriz.
Estaba a punto de venirme, cuando de pronto, por la magia del sueño, él ya estaba sobre mí, me la metía durísimo. Se movía riquísimo, sentí como estaba a punto de venirse y yo también, mi corazón estaba acelerado a tope, de entre mis piernas manaba un río, gemía a gritos y enterraba mis uñas en su espalda cuando desperté…
No podía quedarme así, primero pensé en masturbarme, pero mejor tomé mi teléfono y le mandé mensaje a un cliente que con quien había quedado para esa mañana. Gracias al sueño, no sabes qué cogida más cachonda le di a ese suertudo cliente. Estaba calientísima y él fue el ganón.
Hasta el jueves, Lulú Petite
