Tiene un culebrón

Sexo 07/11/2019 10:08 Lulú Petite Actualizada 10:08
 

Querido diario: Cuando se abrió la puerta me recibió un hombre joven; de unos veintitantos años, delgadito y muy alto. De cabellos chinos y alborotados, pecas en las mejillas, lentes de pasta y sonrisa nerviosa, temblaba un poco y sus manos estaban heladas. Se le notaba la timidez por todos lados.

Sonreí y pasé dándole un piquito en los labios. Lo tomé del brazo como una noviecita y lo acompañé adentro. Nos quedamos de pie, mirándonos a los ojos, entonces comencé a besarlo. En principio reaccionó pasivo, dejándose besar, pero luego se puso más intenso y empezó a manosearme con cierta torpeza. Le pedí que bajara el cierre de mi vestido, dándole la espalda. Él lo hizo lamiéndome el cuello. Bajó el zipper y metió su mano por mis costillas hasta apretar mis senos mientras el vestido caía al suelo.

Bajé entonces mi mano a su paquete y ¡Oh, oh! Allí adentro había un culebrón tremendo. Le bajé la cremallera y saqué su herramienta. Un pene rosa, enorme, con las venas latiendo potentes, me arrodillé y cerré mis deditos alrededor de su tallo grueso, alcanzando uno de los condones que había dispuesto sobre la cama. Acaricié sus testículos grandes y duros y le puse el condón mientras metía su miembro a mi boca.

Empecé a chupar con buen ritmo, pero apenas empezaba, cuando él gimió y disparó un chorro de leche al condón, aún dentro de mi boca. Me pedía disculpas, apenado por no haber podido durar más. Sonreí y le expliqué que no tenía importancia. Me lavé y me recosté a su lado.

Estábamos platicando cuando vi que su miembro estaba de nuevo paradísimo. De inmediato lo tomé en mi mano y comencé a masajearlo. Él me dio un beso. Me acomodó boca arriba y lamió mi sexo con torpeza. Yo en realidad lo quería sentir ya dentro. Abrí un condón, se lo puse y le pedí que me cogiera.

Con mi manita dirigí su miembro a mi sexo. Lo sentí hundirse a fondo y comenzar a moverse ¡Ah, qué delicia! Sus arremetidas torpes y bravas tocaban puntos que me hacían temblar de placer. Tuve un orgasmo y me abracé a él apretándolo, jalándolo de sus nalgas hacia mí para meterlo más. Entonces él también se vino. Nos quedamos abrazados, disfrutando ese instante eterno del placer absoluto.

Hasta el martes, Lulú Petite

Google News - Elgrafico

Comentarios