Se hincó frente a mi y usó la lengua como nunca

Se hincó frente a mi y usó la lengua como nunca

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 27/08/2020 12:06 Lulú Petite Actualizada 12:07
 

Querido diario: Según Daniel, llevaba varios meses sin coger y, a decir verdad, se le notaban. Estaba de un caliente irreconocible. Apenas llegué al motel, me tomó de la mano y me arrinconó contra el tocador. Allí estaba mi paga. Él acostumbra poner allí mi dinerito para que no nos ocupemos de asuntos mundanos cuando nos vemos.

Me tomó de la cintura y me trepó al tocador. Casi instintivamente puse mis brazos sobre sus hombros y rodeé su cintura con mis piernas, doblé las rodillas y lo jalé hacia mí.

Metió su mano por debajo de mi falda, sentí sus dedos en mis muslos recorriéndolos hasta aferrarse a mis nalgas. Sus labios besaban mi cuello y mis hombros, mientras yo sentía ya el bulto de su miembro crecer bajo el pantalón.

Comencé a desabotonar su camisa. Puse las palmas de mis manos sobre su pecho desnudo, mientras él bajaba el zipper de mi vestido por mi espalda, sentí la caricia sutil de sus dedos bajar esa cremallera por mi espina dorsal, luego tomar los tirantes del vestido por mis hombros y bajarlo, dejando desnudos mis senos, cuyos pezones erectos ya esperaban la humedad de sus labios. Él se los comió de inmediato.

Abrí las piernas y Daniel se arrodilló, yo seguía sentada en el tocador. Él me quitó la tanga, separó aún más mis piernas y así, de rodillas frente a mi semidesnudez, separó mis labios con sus dedos, metió la cara allí y comenzó a comerme el sexo.

¡Caramba! Qué lengua la de este hombre. Cuando se levantó y me pidió un condón, lo que yo más quería era que me empalara ya. Se bajó el cierre, sacó su miembro duro y caliente. 

Le ayudé a abrir y ponerse el condón, después separé más las piernas y lo dirigí a la entrada. Tuve un orgasmo fulminante casi en cuanto entró. Fue una tarde deliciosa, tanto que quiero más.

Hasta el martes, Lulú Petite

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