Me llevó al cielo con un oral impresionante

Me llevó al cielo con un oral impresionante

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 16/07/2020 12:14 Lulú Petite Actualizada 12:16
 

Querido diario: Él tiene más de cincuenta años, es delgado, de piel muy blanca, sonrisa traviesa y lengua juguetona. Nos paramos frente a frente y él comenzó a besar mi cuello mientras acariciaba mis nalgas, me alzó el vestido y lo fue sacando hacia arriba para lanzarlo a la cama.

Me desabrochó el brasier, lo lanzó también al colchón y comenzó a comerme los pezones, mientras con una mano apretaba mis nalgas y con la otra paseaba sus dedos haciendo círculos en mi clítoris.

Se arrodilló para bajarme la lencería, que quedó en el piso, mientras clavó su cara entre mis muslos comiéndome el sexo con destreza. 

Gemí, él apretó mis nalgas, humedeció mis labios con su lengua y estimuló mi clítoris, con golpes delicados.

No todos los hombres saben hacerle sexo oral a una mujer. No se trata de lamer sin control, como sabueso, el secreto está en hurgar en los puntos correctos. Él sabe hacerlo muy bien.

Se llama Bernardo y es muy bueno en la cama. Después de un rato, se levantó. Era mi turno. Le bajé el bóxer y me puse en cuatro, con las rodillas y las palmas en el piso. Su miembro, erecto y enorme, quedó frente a mi cara. Le puse un condón y me lo comí todo, delicioso.

Fuimos después a un sillón y me puso con la vista al techo. Separó mis piernas tomándolas por mis tobillos, se puso con una rodilla en el mueble y otra en el piso y comenzó a penetrarme. Era delicioso. Yo gemía con fuerza con los dedos en mis pezones y sus chorros de semen llenando el látex dentro mío.

Bajamos juntos en el ascensor y nos despedimos en el estacionamiento.

—Hasta pronto— Me dijo

—Hasta pronto— Respondí sonriendo. Sabiendo que es cierto, Bernardo siempre llama pronto, lo cual me encanta porque lo disfruto mucho.

Hasta el jueves, Lulú Petite

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