Me dejó con las piernas temblorosas tras el sexo

Querido diario: Te doy la espalda, recojo mi cabello de lado y cae sobre mi hombro y mi seno, dejando expuestos a ti mi cuello y hombros. Veo en el espejo cómo desabotonas tu camisa, descubres una piel blanca y el pecho cubierto de vello entre castaño y rubio.

Inclino la cabeza hacia un lado, ofreciéndote mi cuello. Entiendes la invitación y lo besas. Te pegas a mí, siento tu cuerpo, tu sexo se restriega en mis nalgas, mientras bajas la cremallera de mi vestido. Respiras hondo.

Con la cremallera abajo, metes tu mano por mi vestido y acaricias mi espalda. Tus dedos y la fuerza de gravedad llevan el vestido al suelo, lo hago a un lado con los tacones. Quedo en lencería. Tu mano baja por mi abdomen y la metes a mi tanga, acaricias mi pubis, luego mi sexo. Tus dedos se mojan con mi lubricación, yo gimo.

Con un chasquido certero de tu mano libre, desabrochas mi sostén. Lo atrapas y lo avientas a la cama. Yo intento dar media vuelta, darte la cara, besar tu pecho, ofrecerte los míos, pero tú no me dejas. Con tu mano derecha sigues hurgando entre mis piernas y con la izquierda, acaricias mis senos, me atrapas un pezón y comienzas a manipularlo con energía, en la medida exacta donde el pellizco es placentero, suave, cachondo. No quiero que pares. Resoplo, jadeo.

Me aprisionas contra la pared, te bajas la bragueta y sacas tu miembro enorme. Estiro el brazo y alcanzo un condón del tocador, te lo entrego. Veo en el espejo cómo te lo pones. Haces a un lado mi tanga, apuntas y me empalas de un golpe. Apenas te mueves, siento cómo el orgasmo incontenible me explota en las venas. Las “tiemblas me piernan”, soy Bambi. Qué rico me coges.

Te invito a seguirme en Twitter: @Lulu__Petite (con doble guion bajo)

Hasta el martes, Lulú Petite