Me causó un orgasmo fulminante

Me causó un orgasmo fulminante

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 15/09/2020 11:57 Lulú Petite Actualizada 11:58
 

Querido diario: Estaba cansada. Después de una semana de mucho viajar, por fin estaba en la Ciudad de México. Cuando atendí al cliente estaba muy cansada.

El sexo fue muy bueno. De esos que, tras el orgasmo, liberas tanta energía que, si ya el sueño que traía era mucho, el orgasmo lo convirtió en uno fulminante. Ni cuenta me di cuando me quedé dormida.

No es normal que me duerma en los brazos de un cliente, pero sucedió. No sé qué hora era cuando desperté. Apenas había luz en la habitación. Todavía medio dormida, sentí sus deditos en mi vientre, acariciándome, jugando alrededor de mi ombligo. Lo hacía bien y yo estaba tan a gusto, que cerré los ojos y me dejé consentir. Sonreí.

La mano, traviesa, bajó despacio hacia mi pubis y antes de llegar a donde ya comenzaba a gotear el manantial de mi deseo, subió su palma hasta el nacimiento de mi seno, lo rodeó con el índice y fue subiendo hasta poner mi pezón entre sus dedos. Apretó suavemente y yo gemí tremendamente excitada. Fue cuando él se dio cuenta de que ya estaba despierta.

Sin decir palabra, mi adorable cliente llevó sus labios a mi cuello y me besó de una manera entre apasionada y vampiresca. Curvé el cuerpo de lo cachonda que me puso y ronroneé aún con los párpados cerrados. Moví mi mano y sentí su erección desnuda, enorme, tibia, perfecta, lubricando copiosamente. Comencé a masturbarlo sabiendo que ese trozo de carne estaría dentro de mí, embistiéndome deliciosamente. Sabía que vendría un orgasmo espectacular. 

Apenas llegué a casa, dormí como una bebé.

Hasta el jueves, Lulú Petite

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