Lo llevé al éxtasis a puras mordidas

Lo llevé al éxtasis a puras mordidas

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 09/06/2020 11:39 Lulú Petite Actualizada 11:39
 

Querido diario:  Me encanta su piel. Es un hombre maduro, con un cuerpo sólido, pero no de gimnasio, sino de ser saludable. Su espalda es ancha, su pecho amplio, sus brazos fuertes, tiene muy poco bello corporal, sin ser lampiño. Su piel es suave y perfecta. Además siempre huele delicioso.

Generalmente, se acuesta boca arriba y me deja recorrerlo en un caminito de besos. Yo me pongo en cuatro y comienzo por su boca. Lamo las comisuras de sus labios con mi lengua y después le doy un buen beso. Meto mis dedos entre su cabello mientras él comienza a acariciar muy suavemente mi espalda con las puntas de sus dedos.

Mudo mis besos a sus mejillas y luego a su cuello, acaricio su pecho mientras voy bajando con mis labios. Le lamo la piel en los pectorales y luego se los beso, me encuentro con sus pezones. Son chiquitos y oscuros, perfectamente redondos. Me subo en él y pongo mis manos en sus bíceps, están duros. Mi sexo está en su ombligo, en mis nalgas siento la punta jugosa de su miembro desnudo.

Beso de nuevo sus labios carnosos y él me aprieta las nalgas. Le muerdo un labio suavemente, me bajo de nuevo a su pecho y le muerdo un pezón con cierta fuerza. Eso a él le encanta. No lo lastimo, pero la mordida no es suavecita, le gusta que le muerda los pezones.

Mientras lo hago, llevo mi mano hacia atrás y comienzo a masturbarlo. Él gime. Yo me muevo sobre él, me inclino y muerdo más fuerte su pezón derecho. Le pongo el condón, me vuelvo a acomodar cómo estaba, pero ahora con su miembro en mi vagina. 

Me siento y me ensarto. Me muevo con locura, una y otra vez, le vuelvo a morder el pezón y siento cómo su pene explota y llena el preservativo con todo su fluido dentro de mí. Mientras yo sonrío satisfecha y le doy un beso.

Hasta el jueves, Lulú Petite

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