Hice el "delicioso" con un ciego y me llevó al cielo

Hice el "delicioso" con un ciego y me llevó al cielo

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 29/12/2020 11:06 Lulú Petite Actualizada 11:13
 

Querido diario: Eduardo me besaba el cuello y me provocaba cosquillas, antes de meter su lengua en mi oído me murmuró que estaba muy caliente y que tenía muchísimas ganas de cogerme. Tomó mi mano y la puso sobre su miembro.

Sentí su sexo por encima del pantalón y le ayudé a liberarlo. Bajé su bragueta, metí la mano por el bóxer y acaricié la piel suave de su herramienta tapizada de vello grueso. Estaba durísima. Nos desnudamos y nos metimos a la cama.

A Eduardo lo conozco desde hace tiempo. Es tan bueno en la cama, que me encanta atenderlo.

Ya en la cama, separó las piernas un poco y me pidió que se la mamara. Llevó mi cabeza a su miembro y lo acomodó en mi boca. Me encanta ver cómo se retuerce en la cama y gime mientras se la chupo, sentir en mis labios cómo le palpita y le crece, la textura de sus venas por encima del condón, su mano en mi nuca y en mi cuello, las cosquillas de su vello público en mi nariz, acariciar sus bolas duras y encogidas por la excitación. La tenía tan parada, que no cabía en mi boca. Me estremecí cuando me dijo que ya quería metérmela.

Me tumbó con la espalda contra el colchón, levantó mis piernas las puso en sus hombros. Mi sexo quedó expuesto, abierto como flor, dispuesto a recibirlo. Él se lamió los labios y apuntó su miembro, metió sus manos bajo mis nalgas y, apretándolas, me jaló hacia él clavándome en su miembro erecto y potente. No pude contener mi gemido.

Mantuvo mis piernas en sus hombros hasta que se vino. Yo lo miraba fijamente, su cuerpo esbelto, sus manos fuertes, su sexo potente, su seguridad, su destreza. Yo lo miraba, pero él a mí no. Ah, es verdad, no te había dicho. Eduardo es ciego.

Te invito a seguirme en Twitter: @Lulu__Petite (con doble guion bajo)

Hasta el jueves, Lulú Petite

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