La apertura al público de la antigua residencia oficial de Los Pinos como complejo cultural, desde el mismo 1 de diciembre, es un acto simbólico similar a la apertura, en 1925, de la Ciudad Prohibida en China o a la caída del muro de Berlín en 1989, porque este espacio había estado restringido a la gente común y ahora estará abierto al público de martes a domingo.

Basta con ver la fotografía de la familia de Acapulco, Guerrero, que hizo una escala en Los Pinos antes de llegar al Zócalo para retratarse, de manera coincidente, en el mismo espacio donde en 2014 posaron la ex primera dama y su hija, en exclusiva para la revista Claire. Al menos dejaron algo, dijo uno de los paseantes, al entrar a la casa Miguel Alemán. 

La recuperación del espacio público de 56 mil metros cuadrados animó este fin de semana a Lucero, una quinceañera que visitó el lugar con sus chambelanes para tomar las fotografías del recuerdo de su presentación en sociedad.

Es muy probable que el espacio se vuelva en uno de los lugares preferidos de retrato para novios y quinceañeras.

Los Pinos fue el lugar donde los presidentes contemplaban una realidad vista desde el aislamiento social, filtrada por los reportes de sus asesores y así tomaban decisiones que repercutían en todo el país.

El gesto de regresar el despacho del Presidente a Palacio Nacional termina con el ‘home office’ en el Poder Ejecutivo, pero también la apertura de Los Pinos al público disminuye en buena medida el descontento social, quita presión al Ejecutivo.

Quienes votaron por él ven una señal clara de cambio en las formar de ejercer el poder. 

Radar de lo absurdo. La marcha convocada ayer para manifestarse en el Paseo de la Reforma, en contra del gobierno entrante de AMLO, no logró juntar a más de mil personas. Falló el cálculo político de los organizadores, el reto era superar el apoyo que recibió López Obrador en el Zócalo la tarde del sábado. AMLO debe estar muy preocupado por la pequeña oposición que marcha con pancartas escritas con faltas de ortografía. 

Bitácora de los Ángeles del Gordo. “En tres años, ‘me canso ganso’, estará funcionando el Nuevo Aeropuerto Internacional de México y dos pistas adicionales en la base de Santa Lucía”. La expresión “me canso ganso”, utilizada por AMLO en su discurso de toma de protesta como Presidente Constitucional ante el Congreso de la Unión, fue de uso común en los años de la Época de Oro del cine mexicano. Tal vez usted ha escuchado la frase en películas de Pedro Infante o Jorge Negrete, pero hay una escena en la película El niño perdido (México, 1947), protagonizada por Germán Valdés “Tin Tan”, donde en una de las escenas musicales con Marcelo Chávez en la guitarra, “Tin Tan” utiliza el ritmo de las palabras en una fábula como interludio, “Me canso ganso dijo un zancudo cuando volar no pudo. Una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio aftosa y hasta se quedó mudo. Ya mejor no le sigo porque luego yo sudo”.