Los más damnificados en el futbol por el Covid-19

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 13/04/2020 01:05 Gerardo Velázquez de León Actualizada 11:58

Hombres y mujeres que esperaban cada fin de semana para trabajar, acudir a un estadio a vender lo que tanto enriquece a los dueños del futbol mexicano: esquilmos. Estos personajes están olvidados, nadie se ha fijado en ellos y mueren, literalmente, de hambre por el Covid-19.

En la Ciudad de México, los vendedores de cerveza, refresco, papas, pizza y otros productos que vemos en el Estadio Azteca, en el Olímpico Universitario, en la casa de los Diablos Rojos, en el Autódromo... Vaya, hasta conciertos en el Foro Sol, son trabajadores sin goce de sueldo, solamente ganan por comisión y pertenecen a la CTM, a la Sección 12, que no se han acercado a ninguno de los cientos de comisionistas que tiene bajo su cobijo para ofrecerle alguna ayuda.

El futbol tiene cerrados los estadios desde hace cuatro semanas y, mientras esto continúe, la ganancia económica de estos vendedores es cero pesos. Su sistema es muy fácil de entender. El testimonio que tengo es de un trabajador, del cual omitiré su nombre por respeto, pero me comenta que —en su base de venta  en el Estadio Azteca— depende del partido el número de vendedores que acuden a laborar en su zona. Es decir, si es un encuentro en el que se vislumbran pocos aficionados en la tribuna, van dos a vender cervezas y refrescos; si es un partido de alta demanda, acuden hasta seis.

De cada cerveza, cuyo costo es de 110 pesos, el vendedor gana 18% de comisión, la cual —en primera instancia— parecería muy alta, pero la realidad es otra. Por ejemplo, en un partido de baja asistencia, venden entre ocho y 12 cartones, y acuden dos a trabajar; obviamente, se dividen el dinero. El resultado de un encuentro de estos, poniendo un promedio de venta de 240 cervezas (10 cartones), es de 26 mil 400 pesos; la comisión es de cuatro mil 752 pesos, dividida entre dos, así es que sacan dos mil 376 pesos en un partido de estos.

En encuentros de alta demanda, como clásicos, juego de la NFL y otros, llegan a vender hasta 50 cartones; es decir, mil 200 cervezas. Ahí, la venta es de aproximadamente 132 mil pesos por partido, la comisión de 23 mil 760 pesos, pero —dividida entre seis vendedores— da tres mil 960 pesos por evento de esta categoría.

La mayoría de estos vendedores son gente mayor, de entre 45 y 65 años de edad. Hoy, nadie hace algo por ellos, ni los equipos de Primera División, ni la Liga MX, ni el sindicato, ni el Gobierno Federal.
Estas son las verdaderas historias de pavor que están viviendo los damnificados del futbol, quienes hoy no tienen dinero, ni esperanza, porque no se ve para cuándo regresará el futbol, el deporte y los conciertos.

Es tiempo de que alguien haga algo por ellos. Aunque no son futbolistas, directivos, árbitros, medios de comunicación, son parte del deporte. Ojalá que los programas sociales del presidente López Obrador se fijen en ellos, pero también desde las oficinas de una industria multimillonaria como es la del futbol. 

@gvlo2008
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