El mediocampista de los Tigres, que el viernes irán a Qatar para disputar el Mundial de Clubes, fue puntual, certero, sin dejarse llevar por el patrioterismo barato
Se la ha pasado como si fuera campaña política, dando entrevistas hasta a la hoja parroquial y volvimos a escuchar a ese Herrera pendenciero, retador, evidentemente molesto
Cuando la ambición profesional es bien encaminada, hay que destacar al personaje que protagoniza una manera de pensar fuera de la lógica o la comodidad de la mayoría.
En la semifinal entre el León y el Guadalajara, se tiene que tomar un tiempo para analizar lo que han generado los entrenadores de estos equipos para sus jugadores, para la institución y para el aficionado.
No generar más de 200 mil televidentes en un partido de Primera División debe ser preocupante para el club, la televisora dueña de los derechos, la propia Liga MX y, por supuesto, para los patrocinadores
Vergara, heredero del emporio que fundó su padre, ha logrado lo que nadie. Posiblemente, sin ser un erudito en futbol, tiene claras las ideas y demostró que no hay nada más importante para su grupo empresarial que la decencia y buenas costumbres.
Cuando Miguel Herrera se olvida de las declaraciones llenas de histeria o en busca de justificar el resultado de un partido, en verdad que suelta conceptos interesantes y que en ocasiones no solamente tienen que ver con lo que es la formación de los futbolistas fuera de la cancha.