Historia de terror Edomex: Autoridades ignoran a pepenador tras feminicidio de su hija con todo y perritos

ESTADO DE MÉXICO.- Colectivas feministas sembraron una cruz de madera con el nombre de Ana María, quien murió incinerada el pasado 14 de diciembre mientras dormía en su casa en la Colonia Progreso de Oriente en Chimalhuacán.

La mujer —quien era sordomuda y tenía movilidad reducida—, vivía en condición de calle en una choza precaria construida con madera y cartón a la orilla del Canal de la Compañía.

Ana María Hernández y su padre, Antonio, sobrevivían recolectando material reciclable.

La madrugada del 14 de diciembre, sujetos encabezados por “El Quico”, un hombre adicto a las drogas dedicado al robo en la zona, agredieron a Antonio y lo amenazaron con volver para violar a su hija y matarlos.

El sujeto cumplió sus amenazas durante los primeros minutos del miércoles y prendió fuego a la vivienda, donde se encontraba Ana María y sus cinco perros, muriendo casi todos al interior de la casa; sólo dos canes lograron salir.

“Queremos que entreguen el cuerpo para darle una digna sepultura la cual todas merecemos, que haya castigo a los responsables del feminicidio así como de las agresiones cometidas al señor Antonio y se le realicé una reparación del daño para que él tenga un lugar digno dónde vivir y sin el miedo y temor de ser agredido de manera cotidiana”, señalaron las activistas.

Integrantes de las colectivas Justicia para Diana y Nos Queremos Vivas Neza, que han brindado el apoyo emocional y jurídico a Antonio, aprovecharon para rescatar las pocas pertenencias que no se quemaron en el predio.

También denunciaron la revictimización que Antonio ha sufrido por parte de las autoridades ministeriales, quienes le han dicho que no le pueden entregar el cuerpo de su hija si no presenta documentación, pero los pocos documentos terminaron hechos ceniza en el incendio.

“Cuando el papá de Ana María buscaba justicia lo discriminaron por su condición de clase, por ser pepenador, diciéndole que no le darían el cuerpo de su hija, que se iría a una fosa común”, denunciaron. 

“Es hasta que exigimos que el señor sea atendido y le entreguen el cuerpo de su hija que según van a hacer la prueba de ADN, prueba que tarda muchísimo, el señor no puede acreditar que es su hija porque todo se quemó, y las autoridades les da igual, ya se les dijo que con los testigos tendría que ser suficiente, no obstante el MP en La Perla, a dónde lo mandaron, fue tratado cómo si no tuviera derechos”.

Pese a ser víctima directa de un feminicidio, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México (CEVAEM) ni siquiera se ha acercado con Antonio, quien además es adulto mayor y actualmente vive, literalmente, en la calle.

En el MP tampoco ha sido tratado como víctima, pues ningún médico legista lo valoró ni se le tomó su declaración, pese a que también fue golpeado por uno de los feminicidas que, según vecinos, aterrorizan a la colonia y sus alrededores, dejándolo expuesto a un nuevo ataque.