DESAPARECIÓ EN 2016

Mamá de Flor murió buscando a su hija, encontraron sus pertenencias en casa de feminicida

Mamá de Flor murió buscando a su hija, encontraron sus pertenencias en casa de feminicida

(Foto: Archivo, El Gráfico)

La roja 20/05/2021 10:03 Ignacio Ramírez Actualizada 13:06
 

ATIZAPÁN, ESTADO DE MÉXICO.- La mamá de Flor Nínive murió añorando el reencuentro con su hija ausente, toda su familia guardaba esa esperanza, pero el caso dio un vuelco radical cuando su credencial fue hallada en la casa del feminicida serial de la colonia Lomas de San Miguel.

Flor acababa de cumplir 38 años cuando desapareció en Tlalnepantla, fue vista por última vez en su departamento de la Unidad Habitacional Tejavanes, donde residía con sus dos hijas, entonces de 15 y 16 años.

“Llevamos cinco años esperando cualquier cosita que nos diera señal de ella, su madre le mandaba mensajes por Facebook porque todavía está abierto su perfil, pidiéndole que se comunicara”, narró Gabriela, sobrina de Flor. 

“Nunca dejó de esperarla y acaba de fallecer en octubre, se fue sin saber de ella, pero pensamos que fue mejor que no haya sabido qué pasó realmente”.

A principios de la década del 2000, Flor vivió un par de años en Nuevo León con su hermana María y su madre, pero decidió regresarse a la metrópoli capitalina, donde formó su propia familia.

MANTENÍA A SUS HIJAS

Trabajaba como mesera y vendía productos para sostener a sus dos hijas, pues se separó de su pareja y aquel domingo —16 de octubre de 2016— sus dos hijas salieron con su papá, mientras Flor, a quien le gustaba la música de banda, se quedó sola. 

“Se quedó solita en su departamento, lo que sabemos es que ella salió con su teléfono, su cargador y su secadora de pelo negra, que hasta, de hecho, en las fotos que han divulgado, se ve entre las pertenencias que tenía el señor éste; no contestó su teléfono y ya no supimos más, y ahí comenzó todo el calvario”, rememoró Gabriela.

Al no saber de ella, su hermana Silvia acudió a presentar la denuncia. Como un presagio funesto, un día antes de su desaparición Flor publicó una imagen donde pedía a Dios que protegiera a sus hijos de la maldad y la violencia.

Su familia casi había perdido toda esperanza, hasta que el martes, Silvia comenzó a recibir mensajes acerca del hallazgo de una identificación de su hermana en la vivienda cateada. 

“Al saber la noticia, mi tía (Silvia) se dirigió a la Fiscalía para llevar la papelería de la desaparición y que es lo que ocuparían si, en dado caso, fueran los restos; lo único que tienen es la credencial y las pertenencias que podrían ser de mi tía”, agregó Gabriela. 

“Nos dijeron que nos daban de uno a dos meses para hacer la identificación de restos por medio de ADN y le hablarían a un familiar directo, un hermano de ella para hacer la comparación”, añadió. 

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