Desde el arranque de Gestión de Sheinbaum CDMX ha registrado 730 homicidios dolosos

Por D. FUENTES, E. CÓRDOVA Y K. RUIZ

La administración de Claudia Sheinbaum es considerada ya como la más violenta desde 1999, cuando se empezó a documentar la incidencia delictiva en la ciudad.

Estadísticas de la Procuraduría capitalina detallan que del 5 de diciembre del 2018 al 29 de mayo de este año, se han registrado un total de 730 víctimas de homicidio dolosos, superando hasta en un 10% el mismo periodo pero de 20 años atrás, cuando se contabilizaron 587 víctimas.

En el documento, al que esta casa editorial tuvo acceso, se destaca que en 266 asesinatos, es decir, el 37.2% de los homicidios dolosos, están relacionados con “ajuste de cuentas”, 104 más, el 14.5%, tienen que ver con riñas o diferencias entre personas y en 99 casos, el 13.8%, se investiga como móvil del crimen el robo, lo que alerta a las autoridades, pues demuestra que la delincuencia común, cada día es más violenta.

De este universo, en 529 homicidios, se utilizaron armas de fuego, en el 99% de los casos del calibre .9 milímetros, 87 asesinatos se cometieron con arma blanca y 48 víctimas murieron por golpes. El 83% son hombres y 17% mujeres.

El documento entregado a las autoridades federales y locales a manera de explicación por los hechos violentos de la ciudad, explica que esos ajustes de cuenta son el resultado de un “reacomodo” de las estructuras dedicadas al narcomenudeo, destacando que el ‘Cártel de Jalisco Nueva Generación’ (CJNG), le ha ido ganando terreno a la ‘Unión de Tepito’, a los de ‘Tláhuac’ e incluso, se enemistaron ya con la ‘Anti-Unión de Tepito’.

Según la investigación, el ‘CJNG’, está haciendo una “limpia” de las agrupaciones más pequeñas para ganar territorio. A esta agrupación se le adjudica la extrema violencia clasificados en decapitados, embolsados o encajuelados, siete; por asfixia, seis y tres más por “quemadura por fuego”, en otro apartado destaca 36 homicidios dolosos de los cuales aún no determinan las causas.

SICARIOS CHILANGOS. El análisis establece también el perfil de los asesinos. No encajan en el estereotipo de sicario del norte del país, pero sí tienen algo en común, pues según el estudio, la mayoría provienen de familias disfuncionales, son drogadictos y tienen antecedentes penales, es decir, ya pisaron la cárcel, por lo que conocen el sistema penitenciario y el proceso de la justicia en la ciudad.

De entre los puntos que se destacan, por ejemplo en el perfil del victimario, son los que han ingresado a prisión por delitos como: robo, lesiones, delitos contra la salud o extorsión, que pertenecen a una clase media baja y que tienen de entre 25 a 40 años. Además, todos con algún familiar directo en prisión o con antecedentes penales.

Como factores “preparantes” para cometer las ejecuciones, el análisis sólo arrojó dos: el fácil acceso a un arma de fuego y a una mala iluminación de luz artificial durante las noches o madrugadas.

La víctima no dista mucho del victimario, es decir, el sicario después termina convirtiéndose en víctima. El análisis detalla que tiene entre 30 a 40 años, con educación primaria, son adictos a las drogas y ya con antecedentes penales, en este rubro preocupa a las autoridades la aparición de mujeres jóvenes —con edades de entre 17 y 22 años—, “ejecutadas”.

VENDRÁN TIEMPOS PEORES… Especialistas en temas de seguridad coinciden en que el aumento de los homicidios no corresponde a un reacomodo de grupos delictivos, sino a un ajuste por el cambio de gobierno en la Ciudad de México que ya se alargó seis meses, ya que las organizaciones criminales “trabajaban” con los mandos policiacos anteriores, explicó el investigador Martín Barrón, mientras que el doctor en sociología criminal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Daniel Cunjama, refirió que la problemática se puede agravar, pues “cada vez más jóvenes son reclutados por el crimen organizado y afirmó que la problemática no fue atendida desde la administración de Miguel Ángel Mancera y que se dejó crecer con “negativas” de que no operaban organizaciones criminales en la CDMX.