Ejecutan a “El Tiburón” en una fonda, tenía bar en la Condesa

Le decían "El Tiburón” y desde hace más de un año era uno de los dueños del bar Dussel en la Condesa, un establecimiento que ha sido asegurado y clausurado en al menos dos ocasiones tras registrarse ahí, en diferentes fechas, un homicidio y una balacera.

“El Tiburón”, quien antes fue gerente de varios bares en colonias como la Condesa, la Roma y Polanco, solía andar acompañado de otros hombres, quienes se decía eran sus escoltas. 

Durante los primeros minutos del viernes fue asesinado a tiros en la fonda "Caldos El Gordito", ubicada en Ricardo Flores Magón 325, en la colonia Atlampa.

De acuerdo con la investigación, llegó alrededor de las 00:30 horas, acompañado de otras seis personas a bordo de dos camionetas BMW. Según los encargados del local, era un cliente habitual del lugar. Se acomodaron en una mesa y ordenaron su cena.

Testigos aseguran que poco después llegó un hombre armado que se dirigió al dueño del Dussel y le dijo: "¡Ya valiste verga Tiburón!"

Después le disparó en dos ocasiones a quemarropa y salió corriendo. 

Los acompañantes de “El Tiburón” también huyeron al ver lo que había pasado. Según testigos, se fueron en un Beetle blanco. En el exterior quedaron estacionadas las dos camionetas BMW, una blanca y otra gris.

Indagan levantón

Las autoridades indagan una versión acerca de que el homicida se llevó por la fuerza a uno de los hombres que acompañaba a “El Tiburón” y que posteriormente fue ejecutado y abandonado enredado en una cobija en el barrio de Tepito. 

A ese hombre le encontraron una credencial de elector a nombre de Cristian Omar Larios Tierra Blanca.

Lo cierto es que las cámaras de seguridad del C2 captaron a dos personas en una motocicleta huyendo del lugar.

La sospecha de que “El Tiburón” y Larios Tierra Blanca, “El Kikín”, estaban juntos, se reafirmó porque en una de las camionetas se encontró una mariconera que contenía identificaciones a su nombre.

Hasta el momento se desconoce cuál es el nexo entre ambos, pero para los agentes de la PGJ no hay duda de que se conocían.