LAS TRES TORRES DE DEPARTAMENTOS DE TOKIO 517 NO AGUANTARÓN MÁS

Vivieron 32 años con grietas en delegación Benito Juárez

El inmueble Tokio 517 quedó dañado tras el sismo de 1985; las 24 familias que lo habitaron se acostumbraron a las fracturas; hoy, está inhabitable

(Foto: Santiago Arau, El Gráfico)

La roja 26/09/2017 11:54 Yara Silva Actualizada 11:54
 

Por las noches, se escucha el crujir de las torres de la calle Tokio número 517. Son tres edificios de la colonia Portales que se fracturaron con el sismo del 19 de septiembre y que podrían colapsar.

El sonido de los pedazos de muros, paredes y vidrios que pegan entre sí, atemoriza a los vecinos.

ALERTAS

El ruido, dicen, los alerta como si tratara de la alarma sísmica. Y aunque ellos han exigido la ayuda de Protección Civil, al lugar van y vienen trabajadores de la delegación Benito Juárez, quienes sólo les han prohibido el paso a los tres edificios.

Y es que, dicen, en cualquier momento podrían colapsar. Por eso, quienes los habitaban prefieren permanecer afuera del edificio, en espera de que les permitan ingresar para recuperar sus pertenencias.

Lidia es una de ellos. Tiene 62 años y hace 38 años compró uno de los 24 departamentos que albergaban las tres torres. 

Seis años después, llegó el primer sismo del 19 de septiembre de 1985. Los daños en las fachadas eran evidentes, pero no hubo dictamen que los obligara a dejar sus viviendas.

Lidia, al igual que 24 familias que llegaron posteriormente, no abandonaron el lugar. 

Este año, confiaban que tras el sismo del 7 de septiembre pasado, nada ocurriría en sus edificios. Estaban acostumbrados a vivir con las fracturas en las trabes y las grietas en las paredes, pero nunca creyeron que las torres colapsarían, pero su creencia se desmintió.

LA LIBRÓ

Antonio es conserje de los edificios. Él, su esposa e hija vivían en la azotea de la torre tres, la del fondo.

El hombre espera que Protección Civil ayude a los habitantes del lugar para así recobrar su empleo.

Y es que, cuenta, iba a cumplir 35 años de trabajo en las torres Tokio. 

Hoy, menciona, “vive de arrimado” en la casa del novio de su hija, en Iztapalapa.

Aunque Antonio perdió trabajo, casa y pertenencías, expresa ser afortunado de estar vivo.

Pensó que él y su esposa morirían atrapados entre escombros, porque la sacudida del pasado martes, les impedía caminar para descender de las torres.

Al dar un paso sintió que caían. Y sí, el edificio se desplomó, pero al caer quedó al nivel de una casa trasera.

La pareja logró saltar por las azoteas de tres casas para ponerse a salvo. Ellos ingresaron a los edificios para rescatar a seis habitantes atrapados en la torre dos.

Antonio trató también de retirar los ocho vehículos que quedaron en el estacionamiento de los edificios. No pudo hacerlo porque horas después de ocurrido el sismo, llegaron arquitectos del Colegio de Arquitectos de México para apuntalar las torres.

Hoy, sólo uno de los tres edificios, el que da a la calle, permanece en pie, pero ayudado de docenas de polines que impiden que colapse.

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