Tras el ataque, los agresores escaparon, dejando a los heridos en el sitio. Alertados por las detonaciones, familiares y vecinos de las víctimas salieron de sus hogares, encontrándose con los jóvenes ensangrentados, por lo que solicitaron la presencia de los servicios de emergencia.
Al lugar llegaron paramédicos del CRUM, quienes diagnosticaron a uno de los jóvenes sin vida a causa de los balazos que recibió, mientras que su acompañante fue trasladado grave al Hospital General de Iztapalapa.
Al ser entrevistados por policías, los familiares de las víctimas negaron conocer el móvil del crimen, así como la identidad de los agresores.