Una grabación se vitalizó un día después, en el que se muestra al taxista de la unidad 1890 huyendo después de que una señora se baja con sus hijas del carro de alquiler con lo regalos que desbordan la cajuela.
La mamá y una de sus pequeñas gritan mientras ven la graciosa huida del gandalla que, según medios locales, ya regresó las cosas.