Instantes después, policías y paramédicos acudieron hasta dicha unidad habitacional ubicada en el número 175 de la avenida Oceanía, donde al acercarse al edificio 32, se encontraron con Jesús Alejandro, quien les pidió ingresar al departamento de su papá.
Tras ingresar, los técnicos en urgencias médicas confirmaron que el hombre ya no presentaba signos vitales, y que se había desangrado por una herida hecha con un arma punzocortante que tenía en el cuello.
En espera de los servicios periciales, los agentes que atendieron la emergencia acordonaron el lugar del crimen.
Al ser entrevistado por los agentes, el hijo de la víctima contó que ésta se desempeñaba como técnico en operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y que no tenía problemas con nadie, por lo que desconocía las causas de su homicidio.
Según las primeras investigaciones, la tarde del miércoles dos hombres, uno de ellos conocido por la víctima, acudieron al departamento de Alejandro y tras ser recibidos por éste, lo comenzaron a agredir. Debido a que las pertenencias del sujeto permanecían en el inmueble, las autoridades creen que se pudo tratar de una venganza.