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Al verlo de cerca se percataron de que el hombre tenía una herida en la cabeza.
Y sí, al ver la jardinera del pasillo vieron una marca de sangre en la que supuestamente pegó el indigente.
Por eso los testigos pidieron ayuda de los paramédicos que llegaron al lugar sólo para confirmar que el hombre ya había muerto.
Aunque los agentes intentaron pedir información sobre el hombre, los comerciantes desconocían su nombre y tampoco sabían si tenía familiares.
Por eso el cadáver fue trasladado como desconocido al anfiteatro de la agencia ministerial.