Cuando las autoridades revisaron a Ricardo, quien recibió cinco balazos, descubrieron que tenía varias dosis de cocaína en una bolsita que se guardaba en su ropa interior.
A unos metros del cadáver de Ricardo, quedó el de Mario, quien aparentemente intentó correr, pero fue diagnosticado sin signos vitales; tenía una cangurera negra en su pecho.
En total, personal de los Servicio Periciales recolectaron más de 20 indicios balísticos calibre 9 milímetros.
Durante el primer trimestre de este año, 32 homicidios dolosos con arma de fuego y 24 lesiones dolosas por la misma modalidad ocurrieron en la alcaldía Iztapalapa, de acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo para la Seguridad Pública.