La responsabilidad de los senadores de Morena

Martí Batres

OPINIÓN 06/08/2019 09:45 Martí Batres Actualizada 09:46

Los grupos parlamentarios de Morena en la Cámara de Diputados y en el Senado forman mayorías parlamentarias que no se habían visto en más de 20 años. Ello conlleva una enorme responsabilidad, pues prácticamente todas las decisiones que se aprueban por mayoría simple en el Congres de la Unión, se avalan con esta mayoría.

La responsabilidad es mayor si recordamos que estas nuevas mayorías ofrecieron transformar el país. Es decir, tienen que responder por las decisiones tomadas en el Congreso y por sus promesas de campaña.

Además, los senadores tienen una responsabilidad de seis años, a diferencia de los diputados que concluyen su encargo en 2021.

Agreguemos ahora que Morena no se encuentra solo en el escenario político nacional; convive con otras fuerzas fuera del escenario parlamentario que intervienen en las estrategias y proyectos.

No descartemos que este es el primer año de un proceso de trasformación profunda, pero a medida que pase el tiempo se enfrentarán dificultades cada vez más complejas.

En el campo legislativo, podemos decir que las cosas han funcionado bien; se han resuelto casi todos los puntos de la agenda que presentó el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, al aprobar la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos, Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos, creación de la Secretaría de Seguridad Pública, Reforma Educativa, Derecho de los Jóvenes a la Educación Superior, renovación del catálogo de delitos graves, desaparición del Estado Mayor Presidencial y franja fronteriza con facilidades fiscales.

Aún falta aprobar la revocación de mandato, revertir los procesos de privatización del agua, completar los procesos legislativos de austeridad republicana y remover el fuero presidencial.

A esa agenda se incorporaron otros temas de interés gubernamental como la Ley de la Fiscalía General de la República, la Reforma Laboral, la aplicación de la extinción de dominio a casos de corrupción y la creación de la Guardia Nacional, entre otras, y el Senado, además, añadió las reformas de paridad y reconocimiento de las comunidades afrodescendientes.

En su interior, el Senado ha aplicado un importante plan de austeridad y ha incrementado sus horas de trabajo y su productividad de iniciativas y dictámenes.

El Senado está avanzando, en parte, gracias a la distribución interna de responsabilidades. Ha logrado establecer un sistema de equilibrios y contrapesos que logran un trabajo eficiente, prevaleciendo las buenas decisiones.

Esto apenas es el comienzo y, por ello, en mi opinión, deben mantenerse esos equilibrios y contrapesos asignados el 1 de septiembre pasado. En lo que corresponde a Morena, el grupo mayoritario, consideró que quienes pertenecen a la Mesa Directiva, a la Junta de Coordinación Política y a las Comisiones deben continuar en sus actuales encargos.

El trabajo legislativo en el Senado demuestra que la mayoría morenista no tiene motivo alguno para realizar ajustes internos y sí tiene sobradas razones para continuar con el diseño de responsabilidades ya probado.

El deber de Morena es cuidar su unidad, equilibrios y estabilidad. Los tiempos que vienen lo reclaman.

 

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