La parábola de la bancarrota

LEO AGUSTO

OPINIÓN 19/09/2018 09:30 LEO AGUSTO Actualizada 20:31

Comienza a ser preocupante el mesianismo del presidente electo en temas tan sensibles como el económico. Decir que un país está en bancarrota es cosa seria.

En otra ocasión, podríamos platicar del caso de Islandia a ritmo de porra vikinga al estilo Maradona, porque el pequeño país se vio en bancarrota hace unos años. 

Y para echarle leña al fuego, ayer apareció en la escena el diputado morenista Mario Delgado, fue en el noticiario matutino que conduce el colega Carlos Loret, donde el diccionario de la RAE sirvió de aro de fuego para que Delgado nos mostrara la entrada correspondiente a la palabra: bancarrota. O sea, Standard & Poor’s agarra la onda, que nadie se apanique. 

Si a esas vamos, también está el diccionario de María Moliner que dice lo siguiente respecto al término en comento: “Cese de la actividad en un negocio o de un negociante, por no poder pagar las deudas. Quiebra”. 

Para interpretar el sentido de las palabras del pastor a sus discípulos hay que tomar en cuenta dos cosas: AMLO podría tener efectivamente otros datos y la economía del país se fue al desagüe o para AMLO, la bancarrota es ese incómodo día (o semana, según) previo a la quincena. A saber.

Pero bien vale la pena recordar alguna clase preparatoriana de historia de las culturas: se cuenta que en las antiguas ciudades donde se daba el comercio entre culturas como la romana, la griega y otras como la china, comenzaron a establecerse los cambistas de moneda. La costumbre era sentarse en un banco de madera y cuando las operaciones llegaban al punto donde la casa perdía, el cambista se quedaba sin monedas, cerrraba el negocio estrellando el banco contra el piso. De nada, Peje bebé. 

Periscopio. Mucho desgarre de vestiduras con el anuncio de la jefa de gobierno electa en el sentido de renunciar al uso de la marca CDMX en su administración, pero sel verdadero de la casa es el olor a mierda que recibe y despide a todos los usuarios el aeropuerto internacional Benito Juárez. Ese es el sello de la casa, la verdadera marca que hereda Miguel Ángel Mancera.

Bitácora de lo absurdo. Como presidente de la mesa directiva del Senado, Martí Batres debe darse cuenta que no está regenteando el comité distrital de Morena en la colonia Portales. La función principal del Senado es la preservación del pacto federal, no una matraca del partido con mayoría parlamentaria. Esto, por el desafortunado tuit publicado desde la cuenta oficial de la Cámara Alta en la red del pajarito azul. 

Comentarios