'La máscara' de Televisa, bien, pero ¿y la tortura?

Lupita Martínez

OPINIÓN 14/10/2020 12:00 Lupita Martínez Actualizada 13:09

Se estrenó ‘¿Quién es la máscara?’ con excelentes números de audiencia.  Sin duda, la conducción de Omar Chaparro tiene mucho que ver en el éxito de esta muy cuidada y espectacular producción.  Usted que es un público conocedor sabe muy bien que no basta con que se inviertan millones, también es necesario el carisma del anfitrión y en este caso existe.   Es cierto que no todo el público gusta de los programas de concurso, algunos -yo creo que muchos-  preferimos las historias en cualquier género, pero no se puede descalificar a un programa tan bien realizado. 

Yuri, Carlos Rivera, Consuelo Duval y Juanpa Zurita (hicieron bien en sustituir a Adrián Uribe y no porque el comediante no merezca el lugar, pero hubiera sido aún más excesiva la exposición de su imagen) son jurados simpáticos, amenos, divertidos que le dan el  tono necesario al programa.   Sin embargo, en lo que usted y yo coincidimos al margen de nuestros gustos en nivel entretenimiento es en la excesiva cantidad de cortes comerciales. 

Debo confesar que para aguantar el programa lo tuve que grabar para omitir tantas interrupciones que lo hacen fastidioso.  Y ya sabemos que negocios son negocios, pero debe existir alguna forma de no torturar al público.  Es probable que yo pase lista de nuevo en este programa, pero de nuevo evitaré los cortes comerciales.  ¿Usted sacrificará su tiempo o volteará a otras opciones? 

PREGUNTAS DE LA SEMANA

Usted y yo sabemos que en el mundo del entretenimiento y fuera de él existen egos inflados que son capaces de reventar cualquier programa o ambiente de trabajo en el que se presenten y mi pregunta es con respecto a eso, ¿imagina usted que pueda existir un conductor que para entrar a cierto programa -en el que por cierto tiene problemas con más de uno- exija la salida de por lo menos uno de sus malqueridos?

Las siguientes  preguntas son de muy difícil respuesta, pero las plantearé aún así:  ¿será posible revertir esta tendencia de cierta parte del público -a usted que me lee no me refiero por ser un público muy conocedor de criterio amplio- de asistir a linchamientos en el desconocimiento absoluto de la historia u otros acontecimientos actuales?, ¿sanarán alguna vez su odio y resentimiento acumulado y que no pueden más que desahogar en otra persona o circunstancia que no conocen ni viven?   

Cada vez crece más el número de víctimas de la irracionalidad y eso, créame, es muy preocupante si se busca vivir en paz. 

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