La grandeza no se compra

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 24/02/2020 08:30 Gerardo Velázquez de León Actualizada 13:01

Los equipos regios no entienden la grandeza, no aspiran a ésta, se conforman con poco. Ni Tigres ni Monterrey están en el centro de la crítica nacional. Su pésimo torneo, hasta ahora, no ha merecido de análisis profundos ni más allá de Gonzalitos, ni dentro.

La prensa local, la regia, polarizada por estos dos equipos, muestra defensas a cada proyecto, con argumentos que —para un equipo grande— no son válidos. Monterrey es el último lugar de la tabla, no gana en Liga desde la ida de la final del torneo pasado, suma sólo tres malditos puntos y aún hay textos en las redes, comentarios en la televisión, en la radio y aficionados que se la pasan haciendo cuentas para saber lo que necesita sumar para entrar a la Liguilla, en vez de profundizar en la alta y grave confusión que vive el equipo.

Ocho partidos sin ganar no son cosa menor. Alguna racha de estas, en Chivas, América o Cruz Azul le cuesta el puesto a su entrenador, por más que le haya dado un título después de 10 años y por más que en la Copa MX estén en semifinales. Ese conformismo no es de equipo grande. Un plantel al que se invierte tanto dinero debe tener exigencias y metas de éxito constante. El tiempo de Antonio Mohamed tiene caducidad, su directiva ya debería tener vistos a otros entrenadores.

Tal vez, que sus transmisiones sean en televisión restringida y no tengan tanta penetración hace pasar desapercibido el pésimo funcionamiento que han tenido a lo largo de la campaña. Este equipo está confundido por las idea del técnico, quien en los dos pasados partidos ha cambiado sistema, posiciones en un mismo juego; en fin, se evidencia una alta desesperación en los jugadores y poca confianza.

En Tigres, se avecina la salida de Ricardo Ferretti. Parece acabado, sin ideas y sin motivación para seguir al frente de un club modelo de éxitos, títulos y penetración. Los Tigres, a diferencia de Rayados, han construido una rivalidad enconada con América y no sería extraño que, si el Tuca no renueva, veamos pronto ahí a uno de los mejores entrenadores mexicanos de los últimos tiempos: Guillermo Vázquez, quien solamente llegó a San Luis y los tiene en zona de Liguilla, con sólo una derrota en siete partidos.

Pero la exigencia es similar. El gran lugar común de que aprietan tres jornadas y se meten a Liguilla es el común denominador de este equipo por parte de “analistas”, pero pocos se detienen a observar que invertir más de 70 millones de dólares en un plantel es para que se le exigiera mucho más. La gran asignatura pendiente es ganar la Concacaf, torneo donde en El Salvador dejaron mucho qué desear por sus constantes fallas.

La grandeza no se compra, se gana con resultados, exigencias y —cuando hay crisis— con autocrítica, sabiendo reaccionar a tiempo y encontrar soluciones inmediatas. Tigres tiene vendidas las localidades de su estadio para toda la temporada, la gente los adora, los idolatra, lo mínimo que pueden hacer es responderles con hambre de triunfo y sin la arrogancia con la que juegan muchos de los partidos en la Liga MX.

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