La asfixia

LEO AGUSTO

OPINIÓN 15/05/2019 10:26 LEO AGUSTO Actualizada 10:26

Vale la pena aclarar que respirar no es cosa exclusiva de conservadores, ni de fifís y mucho menos de panistas. Tampoco ayuda comparar los datos de calidad del aire de esta administración con las anteriores. De nada sirve que antes había más incendios. La gris postal del skyline chilango la tenemos hoy para compartirla con horror en nuestras redes sociales.

Qué nostalgia de aquella frase que de inmediato nos remite a Alexander von Humboldt, a Alfonso Reyes, a Carlos Fuentes, a los lienzos y el pincel del paisajista José María Velasco, “Viajero: has llegado a la región más transparente del aire”. Por favor, vuelve otro día. Disculpe usted, tanto humo aturde hasta al más lúcido. 

Pero la jefa de gobierno de la Ciudad de México insistió en no mirar la realidad, tardó cinco días en decretar la contingencia ambiental. 

Desde el domingo en la mañana, se podía predecir estadísticamente que los niveles de contaminantes iban en aumento. La autoridad capitalina mantuvo sus reportes en los niveles de 140 puntos imeca o su similar. Lo único que quedó fue esperar a que Tláloc ayude a la ciudad porque se antoja difícil que asista a otros que se apanican con tantito humo, porque se opacan las aspiraciones políticas.

Primero se canceló el recreo en las primarias. Muy bien, doctora, los niños deben adorarla. Luego canceló el juego del América contra el León en el Azteca, programado originalmente para hoy miércoles. Veremos si el jueves hay condiciones. Ayer también se canceló el juego de beisbol entre los Diablos Rojos y los Algodoneros de la Laguna. El aire era francamente irrespirable. 

Es cierto que la doctora Claudia Sheinbaum es científica y así se vendió como candidata, pero también es política y no es ajena a las trampas y mañas de los de su clase. Muchos creyeron que se acabaría la política “avestruz” de Tanya Müller, pero no hay siquiera un diseño de políticas públicas en materia ambiental. No existe el protocolo para mejorar la calidad del aire y cuidar la salud de la población. No la hay, al menos no en las oficinas del antiguo palacio del ayuntamiento que hoy parece regencia. Ahí están pensando en la sucesión presidencial, pero nadie ha sobrevivido nadando seis años de muertito. Y aunque muchos antes han intentado utilizar la capital como trampolín han terminado en el pozo.

La Ciudad de México es un frente de primera línea en el campo de la batalla política, no un aparador donde se exhiba la incapacidad de atender la peor contingencia ambiental de los últimos años en esta noble y leal ciudad. 

Radar de lo absurdo. Al gobierno se le exige la aplicación de políticas públicas; trasladar la responsabilidad al ciudadano es de novatos. De nada servirá que la gente no prenda velas o inciensos, si el gobierno no atiende los incendios forestales. El personal capacitado en cuidado de los bosques fue despedido en su mayoría para darle paso a compromisos electorales de la cuarta transformación.

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