Informe de gobierno, un primor

LEO AGUSTO

OPINIÓN 02/09/2019 10:06 LEO AGUSTO Actualizada 10:06

El mensaje presidencial mostró a los mexicanos que la liturgia priista del poder sigue vigente con la llegada de la segunda alternancia en la Presidencia de México.

López Obrador se brincó las trancas de la ley al anunciar el mensaje del primer año de gobierno como “tercer informe de gobierno al pueblo de México”. Legalmente, el Presidente debe entregar anualmente y por escrito el informe de gobierno a la Cámara de Diputados. Por eso, el cambio de nombre al informar primero al pueblo y menospreciar así la legalidad.

El Presidente dijo que durante su sexenio se acabará “la vergonzosa” tradición de los fraudes electorales. Aquí le concedemos razón, pero no aprobamos la causa, porque la presidenta de Morena quiere acabar hasta con las elecciones.

Así, no habrá fraudes, como ya lo estamos viendo en Baja California con el “bonillazo”, donde pretenden aumentar la duración del periodo del gobernador entrante que, por supuesto, es de Morena y al que originalmente se convocó a los electores para un mandato de dos años, no de cinco como se pretende.

Hay un par de cosas de reconocimiento en el discurso en Palacio Nacional, la aceptación de que los resultados en seguridad pública no son satisfactorios, es decir, el aumento en el número de crímenes dolosos durante la actual administración comparado con el mismo periodo durante los últimos dos sexenios. Y el estancamiento económico que llegó tras la caída del neoliberalismo económico, quizá el problema es que no hay un modelo económico diseñado para sustituir al actual. Vamos, ni siquiera han bajado las comisiones que cobra la banca y que son el principal ingreso del anatocismo.

El Presidente dijo que gobierna para todos los mexicanos, pero al final arremetió contra los conservadores, se refirió a Benito Juárez y a la Guerra de Reforma que ahora hace suya contra los conservadores, al tiempo que reconoce a Carlos Slim. Los enemigos del Presidente dejaron de tener nombre y apellido para convertirse en la fallida oposición.

La corrupción y la impunidad forman parte del rival imaginario de la Cuarta Transformación, los nombres han cambiado, pero las asignaciones directas se siguen repartiendo sin recato. La persistencia de los viejos vicios del poder se realizan porque el capital político lo permite. Pero ante los nulos resultados, ayer el Presidente justificó sus altos niveles de aprobación debido a su capital moral, tan efímero como volátil.

Periscopio

En campaña, López Obrador prometió que la economía nacional crecería al 4%, pero la terca realidad nos ha demostrado que hemos tenido un crecimiento de cero puntos porcentuales, menor al 2% que se creció con la administración de Enrique Peña Nieto. 

Radar de lo absurdo. Manuel Bartlett es la más clara señal de la mezcla entre el viejo PRI y el cambio verdadero. El director de la CFE recibió el respaldo del Presidente durante su discurso en Palacio Nacional con motivo del Día del Presidente, la tradición que revive. Atestiguamos una reedición del clásico “no te preocupes, Rosario”, esto por el reportaje de Areli Quintero en el que Bartlett resultó tener tantas o más propiedades que el nopal. 

Bitácora de los Ángeles del Gordo

El principal logro de AMLO mencionado durante el mensaje en Palacio Nacional fue en referencia al aumento en los envíos de las remesas desde EU. Un triunfo de la migración mexicana que todos los días se levanta a trabajar, que en su mayoría migró por necesidad y desde el norte mira el deterioro que tienen sus familiares en México; por eso el aumento en las remesas que merecieron el aplauso presidencial, porque la economía aquí no crece. ¿Qué paradoja, no? 

@LeoAgusto

 

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