ENTREVISTA CON LA FUNDADORA

Esta es la historia de “Café con Letras”, el rinconcito en Neza para los amantes de los libros

Esta es la historia de “Café con Letras”, el rinconcito en Neza para los amantes de los libros

(Foto: Ignacio Ramírez, El Gráfico)

Historias 17/07/2022 15:34 Ignacio Ramírez Actualizada 15:34
 

NEZAHUALCÓYOTL, ESTADO DE MÉXICO.- Desde que Liliana era niña, los libros se convirtieron en un escape del ajetreo diario y por eso fundó “Café con Letras”, un sitio donde comparte su pasión con los amantes de la lectura y busca convencer a los que aún no lo son tanto.

Contadora de formación, poco antes de la pandemia la joven madre abrió su espacio en el 375 de la Avenida Chimalhuacán, en la Colonia Benito Juárez, local en el que además de la lectura y tal vez un café, puedes adquirir libros.

Ubicado entre el trajín de las estaciones Sor Juana y El Castillito del Mexibús, su establecimiento es un remanso de tranquilidad y relajamiento, un portal hacia otros mundos, gracias a los 30 mil títulos con los que cuenta.

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“Este espacio es para personas que aman la lectura como yo, y las que no, que también descubran el amor por la lectura, que hay formas de salir del estrés, de situaciones difíciles; el libro te hace reflexionar cómo solucionar tus problemas, es un escape”, asegura la lectora empedernida.

Hoy, con 28 años, busca transmitir ese entusiasmo a los más pequeños con clases de ajedrez, guitarra, piano y solfeo; también, con eventos en los que invita a escultores, pintores y cualquiera que quiera compartir su talento.

El espacio está pensado para todos, incluidos quienes no son tan afectos al café y es por eso que además de café de grano cuentan con soda italiana y cerveza artesanal, así como, tentempiés como molletes, crepas, chapatas y otros postres.

Con algunos muebles traídos de su casa y algunos libros con los que contaba, abrió un pequeño local, la gente le respondió tan bien que muy pronto se mudó al local actual, un espacio de 100 metros cuadrados lleno de libros de toda clase.

Pero no todo es miel sobre hojuelas. Liliana ha tenido que lidiar con los efectos postpandemia y ha estado apunto de cerrar. Incluso lanzó una alerta en redes sociales para pedir ayuda y poder continuar con su establecimiento abierto.

“Hay días que me sorprende el entusiasmo de la gente y hay días que la gente no viene, tal vez por los efectos de la pandemia, desafortunadamente el dinero es necesario para la renta, los materiales, los alimentos y bebidas, pero fuera de eso, amo que la gente ame leer”, concluyó. 

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