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Entrevista con “La Bruja”, roba muñecas del panteón y las colecciona en su casa en CDMX

Entrevista con “La Bruja”, roba muñecas del panteón y las colecciona en su casa en CDMX
Historias 06/02/2022 11:11 Yara Silva Actualizada 18:03
 

CIUDAD DE MÉXICO.- Cientos de muñecos oscuros, viejos y mutilados penden de los muros y puertas de una casa en la colonia Agrícola Pantitlán. Detrás de esa fachada siniestra vive un matrimonio de pensionados que se complace de tener la atención de vecinos, desconocidos y de jóvenes usuarios de las redes sociales.

En la avenida Iztacalco han bautizado a la vivienda número 9 como “La casa de las muñecas”.  Es ahí donde vive “La bruja”. Con ese sobrenombre, los vecinos identifican a la acumuladora de muñecas que según los habitantes se dedica al esoterismo.

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(Foto: Hugo García, El Gráfico)

 

Es ella quien ha fomentado esa imagen de mística. Y es que según algunos habitantes de la calle, la dueña no convive con los vecinos y nadie se atreve a conocer el interior de la casa. 

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Pero al acercase, la visión cambia. En esa casa vive una mujer pensionada que no duda en abrir la puerta a quien se interese en escuchar “el relato” sobre las decenas de muñecas que penden en la fachada de su vivienda.

Al cruzar la puerta, en el interior de la casa, se reproducen duendes y trolls por todo el lugar. Algunos están apilados en gavetas, otros como si fueran los consentidos ocupan  nichos individuales y varios más reposan dentro de vitrinas.

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(Foto: Hugo García, El Gráfico)

 

Antes de hacerle cualquier fotografía, su dueña pide que le permitan ocultar su vestimenta diaria con una túnica negra decorada con imágenes de telarañas plateadas.

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Ella, sólo advierte que quien entre debe pasar por el filtro de desinfección, porque admite que teme morir a consecuencia del coronavirus. Por eso, a sus 61 años, no hay límites en los cuidados para evitar la enfermedad y la muerte.

Con ello, muestra que sus miedos son contrarios al discurso que da sobre la muerte. Ella dice ser amante de la muerte y desearla desde que era pequeña. Cuenta que ese apego por temas mortuorios inició en el orfanato donde fue abandonada por sus padres. En ese lugar encontró la diversión en mantener el interés de las niñas que escuchaban los relatos de muerte que nacían de su imaginación.

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(Foto: Hugo García, El Gráfico)

 

Tal vez, es esa misma imaginación la que le permite afirmar que cada muñeca que cuelga en los muros de su casa fueron sepultados en tumbas junto a los niños que murieron en situaciones violentas. 

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Afirma que por las noches se interna en los cementerios para profanar las tumbas con la intención de recuperar los muñecos y así liberar las almas de los niños que quedan atrapadas en estos objetos.

Aunque se le pregunta la historia de cada juguete y cómo comenzó a coleccionarlos, ella se limita a contar el mismo relato que ha contado durante años sobre una niña que llevaba su muñeca en brazos cuando fue hallada muerta en el orfanato.

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(Foto: Hugo García, El Gráfico)

 

Oculta las historias de sus muñecas pero la de su vida la cuenta a detalle. Nació de un matrimonio que al separarse decidió mantener a cuatro niños y entregar a la única niña a un orfanato. Aún no cumplía la mayoría de edad cuando escapó del asilo para vivir en un basurero.

De adulta consiguió todo tipo de trabajos. La hizo de enfermera en un hospital de la colonia Cuauhtémoc y de reportera en un periódico que le permitió conocer a políticos, artistas y presidentes. 

Pero al preguntar sobre su verdadero nombre, lo oculta y prefiere que la llamen con las iniciales MYR, que según dice, significa muerte y resurrección, aunque en su colonia todos la conocen como “La bruja”.

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