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Los manatíes llegaron sanos y salvos a la Zona Lacustre de Xochi, sin saber que más tarde tendrían un triste final.
Tras un breve tiempo, los manatíes cumplían exitosamente su función, pues consumían por día 250 kilos de lirio acuático, cantidad similar a su peso, hasta ser alcanzados por la desgracia.
Ya sea por erróneas creencias de algunos pobladores o falta de comunicación entre las autoridades y habitantes de la zona, a quienes aparentemente no se les informó de la presencia de los manatíes, así como el motivo de su estadía, situación que alarmó a las personas.
Gente de la zona llegó a creer que estos mamíferos eran monstros marinos, los cuales representaban un peligro, sin realmente conocer la docilidad y socialización de estos animales, hecho por el cual fueron cazados.
Versiones no oficiales indican que no eran 4, sino 28 manatíes quienes llegaron a habitar las aguas de Xochimilco, además oscuras historias aseguran que después de la muerte de estos animales acuáticos, la población de la zona utilizó su carne para alimentarse o realizar actos de brujería.
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Diversas fuentes indican que el lirio acuático fue introducido a los canales de Xochimilco por la esposa de Porfirio Díaz, Carmen Romero Rubio, en el siglo XIX con la finalidad de embellecer el lugar, sin realmente conocer el daño hacía a la zona.
Se cree que está planta llegó a México a través de los Estados Unidos, país en donde ya se encontraba hace poco más de una década.
El lirio acuático es originario de las aguas del Rio Amazonas, en América del Sur