Sueños ardientes

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 06/02/2019 05:18 Helena Danae Actualizada 12:26
 

Hola, mis amores ¿qué tal su fin de semana largo? Espero que estupendo y que hayan disfrutado al máximo, paseando, fajando y dándose amor con quien más ganas le traigan. 

El mío estuvo lleno de comida, ahora sí me excedí, lo malo es que luego me dan pesadillas. Ya para el lunes en la noche estaba súper cansada después de hacer salsas, marinar la carne y picar las verduras, terminé exhausta, así que subí a bañarme y disfruté pasando mi estropajo por todo el cuerpo, viendo las distintas formas que tomaban mis lolas.

Traía una pijama súper cómoda, mi pantalón de leopardo y una playera de mi chico. Caí profundamente dormida, pero en la madrugada me desperté con pesadillas otra vez, no quise dormirme enseguida, tengo la costumbre de creer que si duermo así seguiré con mi pesadilla, debo despejar mi mente para poder soñar cosas bonitas. Así que decidí bajarme a comer algo, un poco de pastel con leche, ahí estaba en mi mesa, recargada comiendo y pensando en bobadas, la pesadilla seguía muy presente así que debía pensar en algo distinto para sacarla de mi mente.

Comencé a recordar la primera vez que estuve con un hombre y una mujer, recordaba las bubis enormes de Paty, su cuerpo, su piel, me adentré tanto en mi fantasía que empecé a recodar su olor, mientras comía pastel y recargaba mis nalgas en la mesa, mi entrepierna se empezó a sentir caliente e hinchada, el mínimo roce de mis calzones me hacía gozar.

Subí una pierna en la silla, puse mi mano en el cuello, apretándolo un poco y fui bajando, me detuve en mis lolas y empecé a apretarme los pezones por arriba de la playera, los jalaba y pellizcaba, con mi otra mano bajé hasta mi pantalón, rozaba el límite entre mi piel y la tela, mis pezones duros eran la señal que estaba lista para una pequeña manoseada, metí la mano y comencé a acariciarme, a mover los dedos entre mis labios.

Continué hasta que sentí la humedad en mi vulva, flujo viscoso y mi amiga súper hinchada, solo el calor de mi mano me hacía estremecer, metí un dedo a mi interior, resbalaba fácil, así que ya adentro empecé a girarlo y a doblarlo, sintiendo las paredes de mi centro, decidí meterme otro dedo y así empecé a hacer el típico mete saca, traviesamente traté con un dedo más, estaba tan excitada que entró sin problema y ya con tres dedos dentro de mí los movía hacia los lados, arriba abajo, los doblaba y tocaba cada pared de todo mi alrededor, la pierna sobre la silla hizo más fácil todo, continué lento y rápido.

Saqué mis dedos y ahora seguí con mi clítoris lo jalaba y jugaba con él, empecé a masajear rápido, mi cuerpo lo exigía, hasta que solté un grito y llegué al clímax con los ojos apretados y jadeando. Entonces sí, me fui a la cama para caer rendida y quedar profundamente dormida, y ya no hubo más pesadillas.

¿Ustedes como dejan de tener pesadillas? Platíquenmelo en mi correo [email protected]

¡Nos leemos el miércoles!

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