Soñé delicioso con alguien que conocí en El Gráfico

Soñé delicioso con alguien que conocí en El Gráfico

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 30/09/2020 12:34 Helena Danae Actualizada 12:35
 

Hola, mis amores,  muy feliz miércoles a todas y todos, espero que su semana vaya de maravilla y si no, ya saben que les dejo mi bonita vibra para que logren hacer lo que se proponen. 

Hoy, quiero platicarles sobre un sueño que tuve. Hace un tiempo, fui al periódico a hacer unas fotografías para esta columna, pero no fueron en el estudio, así que vi y conocí a gente nueva, entre ellos estaba un muchacho, traía overol y, la verdad, no supe su nombre, pero me pareció demasiado atractivo y su cuerpo se veía fuerte, sus manos estaban grandes y venudas, así como me gustan. 

Y hace unos días, mientras veía las fotos de esa sesión, me acordé de él nuevamente, me quedé pensando en sus brazos, porque cuando me dormí, mi sueño estuvo fabuloso.  

Soñé que llegaba al periódico y no había nadie, pasaba los filtros y llegaba al elevador, que subía y me dejaba en ese lugar donde había visto al muchacho, es donde están los rollos de papel enormes, donde imprimen El Gráfico. A  lo lejos escuchaba pasos y lo veía a él acercándose a mí. 

Lo primero que le miraba eran sus brazos grandes, fuertes y esas manotas. De pronto, él estaba justo frente a mí y su mano comenzaba a tocar mis tetas, apachurrándolas y presionado mis pezones, su otra mano fue bajando por mi cintura hasta mi pantalón, me lo bajó de un jalón y yo me quedé hipnotizada con sus ojos. 

Él se acercó a besarme con sus labios gruesos, mientras sus dedos grandes entraban en mi centro, dejándome embarrada de mi flujo.

Yo solita me empiné y quedé con el pecho sobre uno de esos rollos gigantes y pude sentir cómo su mano se levantaba para darme una nalgada, que eran como miniorgasmos. 

Cuando ya estaba sudando y escurriendo mi entrepierna, jadeaba porque necesitaba sentirlo dentro, él volvía a meterme los dedos, yo solo podía ver su brazo y cómo sus venas se hinchaban con cada movimiento.

Mi centro pedía más, pero yo ya quería sentirlo adentro; entre gritos y saliva, pude suplicar que me la metiera de inmediato, entonces escuché cómo se bajaba el overol y logré ver su gran miembro erecto a punto de entrar en mí, pero en ese preciso momento sonó la alarma, despertándome excitada y aún con ganas de más. 

Giré y vi a mi novio recostado, entonces tuvimos sexo delicioso, pues yo ya estaba megaexcitada.

¿Te ha pasado algo por el estilo? 

Los leo la próxima semana.

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