Por echar pasión al aire libre, nos picotearon las hormigas

Por echar pasión al aire libre, nos picotearon las hormigas

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 23/09/2020 11:58 Helena Danae Actualizada 11:58
 

Hola, mis amores, muy feliz miércoles a todas y todos, espero que su semana vaya de maravilla. Hoy quiero contarles sobre el sexo al aire libre. En mi experiencia no siempre me gusta aventurarme a estar en lugares “prohibidos” o donde podrían llegar a verme, me gusta más poder tener mi faena completa sin los nervios de que alguien pueda llegar y descubrirnos. 

Así puedo disfrutar de todo, cambiar de posición o hasta desnudarme por completo para que el aire tome mi cuerpo, pero no siempre las cosas suceden como uno quisiera. 

En una ocasión, nosotros íbamos hacia la CDMX, mi acompañante iba manejando y ya estábamos cansados y un poco estresados, así que decidí comenzar a acariciar su entrepierna para aligerar el viaje y en cuanto mi mano tocó su miembro, comenzó a ponerse duro y largo, metí mi otra mano debajo de mi pantalón y comencé a masturbarme; nos encendimos al momento, así que decidimos meternos en un camino de terracería para poder desfogar toda la calentura en una buena cogida. 

Él se bajó para acercarse al lado del copiloto y mientras le daba la vuelta al auto, yo ya estaba quitándome los pantalones y calzones para empinarme apoyada en mi asiento. 

Así yo quedé arriba del coche y él de pie detrás de mí, y comenzamos a coger. La verdad iniciamos rápido y duro porque ya estábamos muy cachondos, teníamos ganas de llegar para descansar, pero esa calentura no podía esperar ni un minuto más. 

Él, duro, y yo, húmeda, se resbalaba como si tuviera lleno de jabón mi centro. Cuando estuvo a punto de terminar, me lo sacó y los echó al pasto. Sonriendo, nos vestimos y él se subió para continuar manejando. 

De pronto, pude ver cómo en el tapete de mi lado salían muchas hormigas rojas, me asusté y subí los pies al asiento, él se estacionó para revisar y vi que se rascaba sobre el pantalón, pensamos que se habían metido las hormigas porque días antes el coche había estado en la agencia. Limpiamos mi lado y él continuó manejando, pero casi a punto de llegar, se estacionó y se bajó del coche, se bajó el pantalón y vimos que su cuerpo ¡estaba lleno de hormigas!

Las hormigas se nos habían subido cuando nos detuvimos a terrenear. Lo sacudimos y en cuanto entramos al departamento, vimos que sus piernas estaban todas picadas. Tuvimos que ir al doctor porque la inflamación era enorme, cuando salimos comenzó a reír y me dijo: ‘Es un precio justo, por lo delicioso que vivimos’. Espero que les sirva de experiencia y tengan cuidado con los piquetes... de los insectos. 

¡Les envío todo mi amor!

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