Mi sesión de fotos terminó muy cachonda

Hola, mis amores, muy feliz miércoles a todas y todos, espero que su semana vaya de lo mejor. Hoy, voy a platicarles sobre un viaje que hice para hacer una sesión de fotografías, que terminó en algo más.

Fue antes de que empezara todo esto de la pandemia, queríamos buscar nuevas locaciones, pero como las fotos debían ser de desnudos, no encontramos una al aire libre que se prestara para ésto sin ‘público’. 

Así que después de medio día decidimos irnos al hotel para poder empezar a trabajar en esas fotos. Comenzamos con la cama, algo en lencería sexy, después de las tomas decidimos ir al baño, tenía una tina hermosa, así que las siguientes fotos sin duda serían ahí.

La sesión iba fluida, en el equipo estaban el fotógrafo, la maquillista y un amigo mío que nos acompañó para ser el soporte del fotógrafo. Cuando terminamos la sesión, decidí quedarme un rato más en la tina. 

Los demás salieron de la habitación para dejarme un rato y poder descansar. Cuando por fin estuve sola, decidí que era un buen momento para darme amor propio, así que empecé a pellizcar mis pezones; imagina mis manos mojadas y resbalosas por el jabón, apretando mis Lolas, dejando que cada presión haga que salgan burbujas de entre mis dedos.

Cierra tus ojos e imagina que  estoy frente a ti haciendo eso. 

Luego, bajé la mano hasta la entrepierna para jugar un rato con mi clítoris, para masajearlo mientras mis otros dedos jalaban suavemente mis labios inferiores. No quería meterme los dedos debajo del agua, así que me puse en la orilla de la tina para poder tocarme. Después de sentirme sexy posando para las fotos, ya estaba encendida, así que mi amiga estaba bien lubricada, dejando que mis dedos resbalaran fácil y opté por meterme otros tres. 

Fui aumentando la velocidad hasta que logré terminar, no disimulé mis gritos porque me sentía cómoda. Cuando miré al piso estaba todo lleno de mi squirt, me puse de pie para salir del baño y cuando abrí la puerta mi amigo estaba fuera, con la cara roja y una enorme erección. 

Él había escuchado todo mi concierto, entonces no pude aguantarme la risa y le pregunté que si necesitaba algo de mí, los colores se le subieron al rostro y tartamudeando me dijo que si podíamos hacer unas fotos con las toallas enredadas. Cuando dije que sí, entró el fotógrafo de nuevo, supongo que mis gemidos se habían escuchado hasta el pasillo. Así que no me quedó de otra más que ponerme en actitud de muchacha traviesa y continuar con la sesión, imaginando todo lo que habían escuchado. 

Mi amigo entró rápidamente al baño, supongo que a bajarse esa calentura y después me ayudó a acomodarme las toallas para las fotos... quien sabe y en un futuro lo haga partícipe de esos gemidos, porque si solo de escucharme se puso tan duro, no quiero ni pensar qué pasaría si me tuviera frente a él.

Mis amores, quiero enviarles toda mi buena vibra y desearles un excelente fin de semana. 

¡Nos leemos 

el próximo miércoles!