“Mi nuevo juguete”, por Helena 'La Mala'

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 17/07/2019 05:18 Helena Danae Actualizada 10:50
 

Hola, mis amores, que tengan un muy feliz miércoles todas y todos, que mi columna pueda encender su día si es que se encuentran apachurrados y espero que se imaginen cada detalle y cada sensación.

Comienzo con la siguiente pregunta: ¿Quién dijo que los vibradores solo hacían felices a las mujeres? Aclaremos algo, una cosa son los dildos, juguetes en forma de pene o tentáculo u otra manera, pero que son para introducirse y otra cosa son los vibradores, esos vienen de mil formas, pequeños, grandes y de diferentes texturas. 

Hace unos días, me llegó un paquete de una sex shop de la CDMX, entre los juguetes y lubricantes venía un juguete que funciona para fortalecer los músculos de la vagina, es para hacer los ya antes mencionados en otras columnas, ejercicios de Kegel, pero este trae un plus y es que vibra, además es a control remoto y trae una liga del mismo silicón en la orilla, para que una vez que lo introduzcas puedas retirarlo de manera más fácil y cómoda. 

El juguete tiene forma curveada para poder estimular el punto G. Esta maravilla estaba en mi baño secándose, lista para ser usada. Mi novio llegó, lo vio y lo llevó a la cama para empezar los jugueteos de la noche.

Pero una vez que ya estaba en mi poder pensé: ¿Por qué no intentar cosas nuevas? Algo que una mujer hermosa de cabello negro me enseñó cuando fui a hacer una convivencia, obviamente el vibrador era distinto, pero trataría de simular lo mejor que pudiera esas enseñanzas, con mi nuevo juguete, así que comencé. 

Acosté a mi chico en la cama, abrí sus piernas y comencé a pasear el vibrador por sus piernas, él cerro los ojos y se dejó llevar, encendí el vibrador en velocidad baja y así seguí paseándolo por su abdomen, hasta llegar a su zona íntima, veía cómo su miembro comenzaba a palpitar, eso quería decir que le estaba gustando, pues la sangre estaba llegando al lugar deseado. 

Aproveché la curva que tenía mi vibrador para tomar la forma de su pene y así subir y bajar, esta hermosa amiga me dijo que la mejor manera sería de forma ascendente, para así hacer llegar la sangre justo a la cabecita. Continué masajeándolo y comencé a usar mi boca, su ‘amigo’ ya estaba más duro y cada que mi lengua lo acariciaba y el vibrador llegaba a su venita (esa que con una caricia la sienten multiplicada por mil) cuando el vibrador tocaba esos puntos clave, su pene se hinchaba y a mí se me antojaba más tenerlo dentro.

Recordé un poco más los consejos de esta mujer y puse la cabecita del pene de mi hombre en mi cachete y por fuera el vibrador, así que mientras chupaba, él sentía las vibraciones en su amigo, noté que esto le encantaba pues tomó mi cabeza con fuerza y movía su cadera para darme por la boca con movimientos que lo pegaran más al vibrador, entonces puse el vibrador en la parte baja de su pene y empecé a chuparlo más profundo, hasta sentir en mis labios el vibrador, él tomó mi cabeza y empujó aún más profundo y así terminó en mi boca. 

Me quité rápidamente, pues estaba muy adentro y pude sentir cómo llegaba lo caliente a mi garganta, cuando me hice para atrás escurrieron por mi boca hasta llegar a mis lolas y así se formó una cascada de saliva y esperma. 

Así nos dimos cuenta que un vibrador puede ser utilizado para placer mutuo, si tú te animas, de verdad no te arrepentirás, la idea es quitarte los tabús de la mente y lograr tener una relación libre de ataduras y solo dedicarte a disfrutar.

Platíquenme sus experiencias en mi correo [email protected]

¡Los adoro!

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