Me dio mi regalote

Me dio mi regalote

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 08/01/2020 05:05 Helena Danae Actualizada 17:12
 

Hola, mis amores,  muy feliz miércoles para todos y todas, recuerden que siempre quiero leerlos, cuéntenme ¿qué tal les fue en sus fiestas decembrinas? ¿Recibieron todo lo que pidieron? ¿Pasaron una Noche Buena entrepiernados?. Lo que sea que hayan hecho espero infinitamente que lo hayan disfrutado. 

Yo les cuento lo que hice, siempre son fechas para pasar en familia, ver a quienes en mucho tiempo por el trabajo o los viajes, no he podido ver. Así que la cena fue meramente familiar, una verdadera noche de paz. 

Durante mis vacaciones en casa probé un regalito que me envió un amigo de la CDMX y me puso muy sensible, estaba acostada en la alfombra de mi sala, viendo las luces del árbol y escuchando música, la que se me metía por el cuerpo y podía sentir las vibraciones de los bajos, para acompañar tenía una copa de vino tinto.

De pronto, empecé a desnudarme, tengo un poncho (abrigo) que está súper calientito, así que me quité todo y solo me quedé con ese abrigo envolviendo mi cuerpo, sintiendo su tela en cada centímetro de mi piel, cerré los ojos y de pronto sentí cómo mi pareja se recostó a mi lado, solo giré y lo abracé, mi pierna quedó sobre su abdomen, la música me controlaba cada vez más, escuchaba “black Leather” y giré para besarlo y así comenzamos.

Él metió su mano entre mis piernas y comenzó a tocarme los labios, acariciaba cada lugar, dos de sus dedos se deslizaron sin problemas, la relajación que había tenido antes me ayudó a estar en sintonía para una buena noche.

Me subí en él y comencé a montarlo, la música seguía sonando y yo aún tenía el poncho puesto, entonces mis nalgas no se congelaban. Estuve moviéndome de arriba hacia abajo y de adelante para atrás. 

Nos acostamos en forma de cucharita en la alfombra y yo sostuve mi pierna en lo alto, quedando abierta para que él pudiera entrar en mí. Me embestía lento, pero yo estaba deseando más, bajé mi mano para poder acariciar sus kiwis y solo escuché su gemido de placer, entendió la intención y comenzó a hacerlo más fuerte, pasé mi mano a mi clítoris y así comencé a acariciarme, a tocarme mientras él me daba, hasta que logré terminar. Serenos, nos quedamos así por un rato, hasta que el frío nos hizo despertar. ¡Los adoro!

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