Date un encerrón

Date un encerrón

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 19/02/2020 11:15 Helena Danae Actualizada 11:15
 

Hola, mis amores, acuérdense que no tenemos que esperar a que sea primero, lunes o un mes nuevo para cumplir nuestros propósitos. Siempre es buena oportunidad para hacer eso que nos ayudará a cambiar nuestra vida.

¿No sabemos qué hacer para este fin de semana, en que la mayoría tenemos tiempo libre? ¿Por qué no disfrutar de un encerrón? No les voy a creer si me dicen que no saben a qué me refiero, pero para que sus mentes vuelen, aquí les relato uno...

Llegamos de un viaje largo, de estar en tables y presentaciones, así que sólo queríamos descansar; decidimos hacer ‘san lunes’, entrando a la ciudad había un hotel con alberca, tomamos una habitación, lanzamos nuestras maletas al suelo y nos metimos a bañar, después de limpiarnos todo ese sudor y olor a aeropuerto, cerramos la llave, me hinqué frente a él y empecé a acariciárselo, a darle suaves jalones, para que se pusiera duro, una vez que estaba parado, empecé a chuparlo; mientras, con mis manos acariciaba sus kiwis, cada vez que mis manos hacían un movimiento, sentía cómo su amigo reaccionaba, dando pequeños saltos.

Mientras estaba chupando, me dijo que estaba a punto de terminar, así que me puse de pie rápido y me la metí, para que terminara dentro de mí. Yo estaba mojada, pues me excitaba estárselo chupando, nos enjuagamos y nos dirigimos a la cama; así desnudos, nos quedamos viendo la televisión. Después de un rato, al cambiar los canales, encontramos un canal de porno, viéndolo empezamos a cachondear de nuevo. 

Estábamos acostados de cucharita y él empezó a abrirme los labios de abajo con los dedos, sintiendo los hilos de mi flujo metió sus dedos y comenzó a darles vueltas dentro de mí, levanté mi pierna dejándole fácil acceso para que me la metiera. Sujetándome la pierna con una mano y la otra en mi hombro, aprovechaba para hacerse palanca y metérmela. En el va y ven, la cama quedó destendida.

Terminamos y fuimos a lavarnos. Nos acostamos a dormir un rato y luego aprovechamos que el hotel estaba solo, para entrar a la alberca y pedir unas cervezas.

Mientras nadábamos, me subí en él abrazándolo con mis piernas, sentíamos el roce de nuestros amigos, calentándonos nuevamente.

Llevamos las cervezas al cuarto y me subí en el lavamanos haciéndome el traje a un lado y dejando que me penetrara de nuevo. Con mis manos deteniéndose de los costados del espejo, superexcitada por todo el sexo de antes, lo empujé con las piernas para dejar salir mi jugoso squirt, él empezó a jalársela para terminar justo encima de mí.

Nos metimos a bañar y él lavo mi traje de baño, limpiando el rastro de su travesura. Ya con pijama, nos fuimos a dormir cansados. Me desperté en la madrugada para entrar al baño, luego me metí debajo de las sábanas para sacar su plátano y metérmelo en la boca; despertó primero su amigo que él, pero aproveché montarlo. Con los ojos entreabiertos, tomó mi cadera para presionarla contra él, yo acariciaba mi clítoris y jalaba mi pezón con la otra mano. Él me preguntó si podía terminar, asegurándose de que yo ya había terminado, empujándome contra su cuerpo y dejándome escurriendo de él.

Este fue mi encerrón, para aquellos que se hacen los inocentes diciendo que no saben lo que es el encerrón de amor. ¡Nos leemos la próxima semana!

Yo estaba mojada, pues me excitaba estárselo chupando”

 

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