Bien agasajado

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 19/06/2019 05:18 Helena Danae Actualizada 12:18
 

Hola, mis amores, espero tengan un muy feliz miércoles y que la vibra que los rodea sea excelente. Yo feliz de que me tengan en sus manos una vez más. 

¿Qué tal su día del padre? ¿Les gustó cómo les festejaron? Yo sí le festejé a mi pareja todo el día y bueno, fuimos a comer lo que a él le gusta, carne asada, y a convivir con la familia. 

Pero, estoy aquí para calentar sus miércoles, así que daremos play a la historia en la hora de la pasión. Nos fuimos a un festival motociclista a ver algunos conciertos y mientras disfrutábamos la música y tomábamos algo, me pegué delante de él, bailábamos una balada mientras yo le restregaba las pompas en el paquete. Me presionaba contra él para que mi cadera lo dejara babeando. Mientras más lo hacía, sentía cómo su amigo se ponía duro y sus manos más traviesas. 

Terminó el concierto y nos fuimos a la casa, ya estaba ansiosa por llegar, pero quería guardar todo ese calor para cuando estuviéramos en nuestra cama, eso y que traía un pantalón demasiado apretado como para dejar que su mano siquiera pudiera entrar en mis calzones y demasiado grueso, como para sentir sus caricias por fuera.

Así que me dediqué a poner buena música en el camino, así podríamos seguir calentando motores. Llegamos a casa y corrí a desmaquillarme y desvestirme, por fin estaba en casa y lo único que quería era estar cómoda. Nos acostamos a ver televisión y ahí comencé a jugar con su amiguito, lo jalaba y lo dejaba caer en su muslo.

En el momento que lo sentí bien duro para mí, puse su mano en mi cabello, para que me tomara con fuerza y me metí su ‘amigo’ en la boca, empujé su mano para presionar mi cabeza contra su cadera. Su amigo llegaba hasta mi garganta y eso me excitaba, pues podía sentir su respiración en mi cuerpo y notaba que se aceleraba cada que la cabeza de su miembro me tocaba la garganta. 

Sentía cómo mi entrepierna se humedecía y me iba estremeciendo, lo disfrutaba mucho y cada vez que sentía que él se relajaba empujaba más duro mi cabeza para poder tenerlo bien dentro; de pronto no podía respirar muy bien y lo sacaba de mi boca, para tomar una bocanada de aire y veía cómo los hilos de saliva escurrían de mis labios a su miembro bien duro. 

Cuando no quise esperar más, me giré y le di la espalda, me agaché lentamente y dejé mi culo parado para él, apuntó su miembro y comenzamos a hacerlo, tomé de nuevo su mano y tomé mi cabello en una coleta, y se lo puse para que de ahí me agarrara. Me excitaba a cada tirón que daba con cada embestida. 

Abrí más las piernas y dejé que mi cadera bajara, así su penetración era distinta y tocaba otros puntos de mi centro. El placer es enorme, así que no es fácil resistir en esa posición por mucho tiempo, mis piernas se doblaban y mi abdomen se dejaba caer en la cama, no podía aguantar por mucho tiempo más, él sentía mi placer, sacó a su amigo y se vino en mis nalgas, yo me masturbé hasta lograr un orgasmo que me dejó palpitando, así me recorrí hacia atrás y me lo metí de nuevo, me movía con la cadera, adelante y atrás, hasta asegurarme de que no quedara ni un centímetro de él duro. 

Así que esa fue mi manera de celebrarle este día a mi novio. 

Dime ¿a ti, cómo te celebraron? Espero sus anécdotas en mi correo [email protected], con ansias leernos la próxima semana.

¡Les mando amor!

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