Así usamos comida a la hora del sexo

Así usamos comida a la hora del sexo

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 13/01/2021 14:00 Helena Danae Actualizada 14:00
 

Hola, mis amores, feliz miércoles a todas y todos. Les envío muchísima buena vibra y más amor. Hoy quiero hablarles sobre sexo divertido, que va más allá de los juguetes sexuales.

Aunque eso ya le pone mucho plus al acostón, podemos jugar más con nuestra imaginación y llegar a hacer cosas más ingeniosas. 

Hace unos días, nos tocó un día soleado y hermoso; para la tarde ya hacía calor, así que decidimos sacar el helado del congelador para disfrutar el día. Mientras comíamos, recordé un juego de oral para él con pastillas de menta, así que supuse que con el helado sería algo parecido; me bajé de la cama y mi novio se quedó con la cuchara en la boca. 

Le bajé los pants sin problema, no es que siempre estemos listos para la acción, pero era un día relajado, así que los ánimos estaban demasiado bien para ponernos a jugar. Su amigo estaba un poco dormido, por lo que comencé a pasearle la cuchara que yo traía por los kiwis, sin tocárselos, para que tuviera la sensación del frío. 

Mientras tanto, con mi mano iba masajeando a su amigo como diciéndole “reacciona”, mientras mi lengua se paseaba por mis labios esperando el momento preciso para entrar en acción. 

Cuando su amigo logró tomar algo de fuerza, decidí metérmelo en la boca, mientras más chupaba, más duro se ponía. Cuando ya estaba lo suficientemente dura como para quedarse parada sola, tomé una cucharada de helado y la dejé en mi boca, para entonces meterme su pistola y así dejarlo sentir las diferentes temperaturas que le podía brindar mi boca. 

Primero frío, jugando con mi lengua y luego caliente, dejándolo entrar hasta mi garganta. Estuve así jugando por un rato y viendo cómo sus ojos se ponían en blanco, al derecho y al revés, sus manos apretaban las sábanas. Yo sabía que estaba sintiendo tanto que lo dejaría seco. 

Pero entonces, él me tomó por la cintura y me levantó para sentarme en la orilla de la cama, creí que me cogería en ese momento, pero chupó mi almendrita. 

Yo ya estaba excitada por ver el placer que le estaba dando. Así que sentir su lengua me enloquecía, pero entonces imitó mi táctica. Debo decirles que no exagero al expresar de verdad el placer que sentí ahí abajo, mientras él lamía el helado tan frío de mi amiga tan caliente. 

Era como si mi almendrita se encogiera al sentir el frío y luego se expandiera al sentir su lengua caliente. Mi almendrita estaba tan hinchada que cada lengüetazo me hacía estremecer. Después de tantas chupadas, ni siquiera hizo falta la penetración. Quedamos tan extasiados que solamente quisimos recostarnos y disfrutar de nuestros orgasmos. 

Esta es una de las maneras de jugar con comida al momento del delicioso sexo, pero existen muchas más. Cuéntenme cuáles han sido sus experiencias con alimentos, mientras tienen relaciones. 

Espero leernos la próxima semana. 

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