Este fin de semana, la cantante Gris Romero, presentó un concierto virtual en el que complació a sus seguidores. La intérprete —que es un fenómeno de las redes sociales por tener más de un millón de suscriptores solo en YouTube— comentó que la pandemia ha sido un golpe económico mortal para ella y se ha tenido que reinventar con alternativas que —lejos de ser vergonzosas— representan el amor incondicional de su público. Entre lo que ha hecho para subsistir, están los conciertos en línea, canciones dedicadas y recibir donaciones de su público que ha hecho de todo, con tal de que Gris no se rinda.

Más allá del acto benévolo del público, este tipo de manifestaciones está mostrando claramente la democratización de la música. Si les gustas, pagan por verte, sin intermediarios, ni planes promocionales o patrocinadores. Por ello, el logro de Gris se tiene que resaltar.

Y es que el secreto está en pensar en el beneficio de las audiencias, en darle valores y no esperar a que regresen a consumir tal como lo están haciendo algunas autoridades o productores de teatro que están viendo sus negocios sin pensar en las audiencias. No basta sanitizar o hacer de un foro teatral un cuarto con limpieza quirúrgica, el público que quiere salir a divertirse está padeciendo también la crisis económica que nos dejó la pandemia. Pensar en invertir dos mil pesos por noche (mínimo) en diversión, requiere de un análisis y de priorizar sus gastos y si a eso se suma el temor por infectarse, el proceso se vuelve más complejo.

Escuchamos las quejas de los empresarios teatrales que, con mucha razón, piden a grito desesperado abrir los foros para reactivarse, pero no ponemos atención a que esto lo hacen porque, como en muchas industrias, por parte del Estado no reciben ningún beneficio. Y no, los productores no buscan un rescate económico, ni que al teatro lo vean como enfermo terminal, para que la compasión los encuentre. Quieren recuperar certeza, saber que en algún momento el dinero que invirtieron regresará. Porque no solo es el gasto que hay en los sueldos de los famosos, hay fuga de lana en el pago de derechos de las obras, los impuestos, rentas y hasta el repasón que les dan las asociaciones autorales por tener una puesta con todas las de la ley.

Por ello, también es válida la postura, aunque insisto, deben pensar en diversificar las ofertas y aprender a hacer negocios a toda escala para reactivar la industria.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima semana, aquí donde quizá hablemos de ti.