¡Qué barbaridad!

Deportes 28/12/2018 05:18 El Hijo del Santo Actualizada 16:36
 

Estimados amigos de El Gráfico, los saludo con el gusto de siempre deseando de antemano que hayan pasado una feliz Noche Buena y una alegre Navidad. 

Sin embargo, sé que lamentablemente no es así para todos, pues existen muchas personas en este bello México y en el mundo que están solas, hay hambre y un largo etcétera. No quiero imaginar lo que es perder a un ser querido y menos en una fecha tan significativa donde se supone que es un día de alegría y menos cuando su muerte es de una manera trágica. 

Ya les he comentado en esta columna que El Hijo del Santo no habla de política, me agrada hablar de temas que tienen que ver conmigo, de la lucha libre y no así de la lucha de poderes; normalmente hablo de mi padre y de mi deporte.

Como personaje siento que mi misión es divertir a los aficionados, lograr que pasen momentos agradables a mi lado leyendo este espacio que tan generosamente me brinda este diario y su bella directora, María Félix Escalante. Me gusta compartirles la experiencia de ser un luchador enmascarado, no tapado, porque no es lo mismo. 

También me gusta hablarles de mis sentimientos, de mi opinión referente al deporte de la lucha libre y a la situación de mi país sin poner nombre ni apellido.

Cuando se tiene cierta fama en el deporte, en el espectáculo, en la política o en cualquier profesión que logre que el nombre de un individuo este de boca en boca, siempre existirán personas que estén a nuestro a favor y también en contra. ¡Aduladores y detractores, decía mi padre! 

Todo esto que les comento es porque no quiero entrar en polémica con nadie que lea estas líneas, pero no puedo dejar a un lado (como si no pasara nada), un tema que nos duele a muchos mexicanos y sobretodo a muchos poblanos. Me refiero a la trágica muerte en el accidente aéreo de los señores Martha Érika Alonso, gobernadora de Puebla, de su esposo Rafael Moreno Valle, así como de sus acompañantes Marco Antonio Tavera, Roberto Cope y Héctor Baltazar. 

A mí lo que más me duele es la indiferencia de muchos, me molesta la irresponsabilidad en las redes sociales, no puedo creer que en esta época existan seres humanos que gocen con la muerte de otro ser humano. 

Desde niño he visto crecer, a través de la televisión, el lodazal de la indiferencia, de la ingratitud, del abuso, de la conveniencia, la impunidad, la corrupción y muchas situaciones más que existen en mi país y ahora, lamentablemente, todo esto está en las redes sociales y en Internet en su máxima expresión! Que barbaridad! No hay pudor, no hay limites, no hay nada de vergüenza!

Tengo un especial cariño por el estado de Puebla, por su belleza arquitectónica, porque ahí vi triunfar en el ring muchas veces a mi padre, porque yo también ahí tuve grandes batallas, porque el público aficionado es gentil y conocedor, y porque tengo buenos amigos que ahí viven y me han abierto las puertas para llevar a los poblanos parte de la historia de mi padre,  como lo son Javier Lozano y Desirée Navarro quienes se que lamentan profundamente este triste acontecimiento al ser amigos personales de los señores Alonso y Moreno Valle. Me indigna el regocijo y la ignorancia al escribir lo que he leído en estos días sobre este tema en redes sociales. 

Deseo con todo mi corazón que Dios les de cordura y congruencia a los protagonistas de quienes toman las decisiones más importantes para mi México y los mexicanos.

Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin Máscaras.

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