Gracias, comandante
Enrique Beas
Seamos realistas, Jair Pereira dejó de ser el referente que necesita Chivas para salir del problema de la quema del descenso y aún más grave, para competir de nuevo por un título y alcanzar rápidamente al América.
No le demos más vueltas al tema y seamos ingratos, sus piernas, lesiones y hasta carácter en la cancha decayeron como casi todo el equipo ante tanta inestabilidad en el proyecto. Eso no le quita responsabilidad y más siendo el capitán y ante la salida de Salcido, el más experimentado del Rebaño.
Esta columna no se trata de agarrar a palos a un futbolista que le perdió la ilusión de defender a muerte la playera de Chivas, sino de reconocerle que gracias a su gran año en el 2017, el rebaño fue el máximo protagonista de la historia.
No se olvidará esa Liguilla que llegaba lesionado y que el técnico Matías Almyeda justo lo recuperó para la gran final contra Tigres donde tuve la oportunidad de verlos desde los estadios en esos dos juegos y demostró el orgullo y el coraje con el que se juegan esos partidos.
Además, Jair contagió a todo el equipo y su marca a Gignac fue excelsa, sublime y con mucho carácter. Incluso en la final de la Concachampions cuando el juego se dificultó por los goles de visitante junto con Alanís cerraron el partido y lo mandaron a penales.
El resto es historia. Jugadores así será recordados por los títulos que le dejaron al Rebaño Sagrado en una efímera pero muy buena época. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A los días ya sin el comandante Jair Pereira en las Chivas.