Por los hechos, la joven sufre estrés postraumático de intensidad elevada, "con repercusión funcional y deterioro" siguiendo tratamiento por ello.
El Ministerio Público catalán difundió junto a la acusación los detalles de la violación del futbolista brasileño.
Según el relato judicial, hacia las 03:42 de la madrugada, la víctima entró a una zona reservada denominada donde hay un baño y un sofá. Sin saber que era un espacio privado, la joven entró y fue jalada por Alves hacia el baño, “cerrando tras ellos la puerta para impedir que la mujer pudiera marcharse de allí".
La descripción del fiscal del caso continúa diciendo que la víctima, al verse atrapada, “le pidió al procesado que la dejara salir, negándose Alves a ello, quien empezó a manosearla, con ánimo lascivo y una clara intención de satisfacer sus deseos sexuales".
Y continúa: “En ese pequeño baño y sin posibilidad de salida por la oposición del futbolista y ante la actitud violenta que éste mostraba, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción, llegando a sentir que le faltaba el aire dada la situación de angustia y terror ante lo que estaba viviendo".
Como reporta desde Barcelona el diario La Vanguardia, el jugador "se sentó sobre la tapa del retrete y agarró con fuerza de la cintura a la víctima obligándola a mantener relaciones sexuales. La tiró del pelo, le hizo caer al suelo de rodillas, tratando de obligarle a practicar una felación y propinándole varias bofetadas en la cara mientras le obligaba a que dijera 'soy tu putita'".
Para cerrar su obra, la fiscalía asegura que Alves “colocó a la víctima inclinada sobre el retrato y la penetró vaginalmente hasta eyacular dentro de ella, sin usar preservativo y sin su consentimiento".
Después de “terminar”, Alves invitó a la víctima y otras amigas a seguir la fiesta en el privado, donde no se separó de ella, “abrazándola y acercándose a ella, y en dos ocasiones estando situado tras ella le agarró la mano y se la acercó a la zona de su pene, apartando la mano la mujer al percatarse de sus intenciones”.