Una verdadera fiesta la que tenían los aficionados auriazules, pero de poco servía, su equipo no generaba nada y César Huerta comenzaba a desesperarse, tratando de hacer más de lo que debía tratando de ganar el partido solo.
La justicia azulcrema llegó por la vía del penalti. Jonathan Rodríguez fue derribado por el arquero Julio González y luego de revisar la jugada se decretó la pena máxima, que el mismo Cabecita falló al cobrar, pero en el rebote empujó el esférico con un remate de cabeza.
Gol azulcrema. La Rebel calló y la afición americanista celebró en grande lo que parecía una próxima victoria y así fue, el Clásico Capitalino se pintó azul y amarillo y las Águilas retomaron el liderato del Apertura 2033. Tres Clásicos de tres para los de Coapa. André Jardine hace historia, pero esto es nada, la afición azulcrema puede burlarse de sus acérrimos rivales, pero no hay otra cosa que valga más que el título.