EN LAS ALUCINES
Gemidos y fluidos en el escritorio: Lupita Villalobos revela secreto íntimo de su vida “godín”
La guapa influencer subrayó que fue una experiencia que la marcó de por vida
(Foto: Captura de video)
Imagínate presenciar a tus compañeros de trabajo durante una escena íntima en plena oficina. Pues eso mismo le pasó a la popular influencer, Lupita Villalobos.
Y es que, si bien hoy en día la creadora de contenido conduce el podcast más escuchado en Spotify, “Las Alucines”, tanto ella como su compañera de micrófono, Kass Quezada (Quesito) vieron el inicio de vida laboral en oficinas. Por ello, dedicaron su último episodio a “la vida godín”.
Ahí, las norteñas se abrieron para contar a su audiencia sobre las experiencias más locas que vivieron durante “el godinato” y mientras Quesito narró las razones por las que odia trabajar entre las cuatro paredes de una oficina, Lupita Villalobos optó por contar el día que encontró a dos de sus compañeros en plena acción.
En su relato, la originaria de Sonora detalla que aquel día, ella se quedó hasta la noche por motivos de la fuerte carga laboral. Para las 8 de la noche, supuestamente ya no habría nadie en la oficina. Pero eso era lo que ella pensaba, pues no se imaginaba lo que estaba a punto de presenciar.
“Salgo de la oficina, con mi zapatilla de aguja y de repente mueven un escritorio, me regreso y de repente, mi instinto me hizo caminar de puntitas para que no sonaran los tacones”, relata Villalobos.
(Fotos: Instagram)
La guapa influencer cuenta que en ese momento volvió a escuchar el escritorio moverse en repetidas ocasiones y pronto comenzó a sonar una serie de estruendosos gemidos.
“Yo sabía que estaban co*iendo. Moví la chapa sin hacer ruido, abrí la puerta y estaban teniendo se*o an*al”, detalla.
De acuerdo con lo que cuenta Lupita Villalobos, ella dejó que sus compañeros se separaran y volvió a entrar a la oficina para confrontarlos y es que, al ser ella la jefa de Recursos Humanos, quiso recordarles que se estaba cometiendo abuso de poder, pues la mujer en cuestión era la subordinada del hombre.
Lo peor del caso es que se trataba de una empresa dedicada a los alimentos perecederos, por lo que recalcó la importancia de extremar medidas de higiene en el lugar.
“Y éstos con sus fluidos en el escritor, que asco. Yo jamás volví a entrar a esa oficina (…) fue una experiencia godín que me marcó mucho.