Así fue el primer concierto de Depeche Mode en tierras aztecas, dejan un reflexivo mensaje

“Recuerda que morirás”, nos recalca una y otra vez Depeche Mode en su actual gira por México, de la que se desprenden tres conciertos en el Foro Sol de la capital.

La vida humana es muy frágil, las relaciones amorosas también. Mientras vemos el retorno de Dave Gahan y Martin Gore, ya sin el tridente Andrew Fletcher (1961-2022), a quien recuerdan en varios momentos con melancolía y bets como flechas de cariño, tu existencia puede estar pasando tormentas personales, se puede estar yendo al carajo.

Gahan deslumbra con su apariencia vampírica y delgadez, gira como reguilete al ritmo de su música que sigue joven, se niega a partir, irónicamente, y su rostro demacrado se proyecta en blanco y negro sobre las pantallas laterales, y una más central con una ‘M’ gigante que irá cambiando de tonalidades y bríos conforme avanza el espectáculo.

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El concierto se desliza por diferentes momentos, como un sueño que te puede pasear por tu antro favorito donde las canciones de Depeche Mode siempre triunfan, pero también por una suerte de musical de Broadway en voz teatral de Gore, o por una suite donde Gahan está bailando en soledad, sin la presencia de 65 mil personas como sucedió la noche del jueves.

Días antes, se había viralizado una serie de acciones que tomarían los fans en puntuales canciones, como ponerse guantes blancos en ‘Everything Counts’; mostrar fotos impresas de Andy en ‘World in my Eyes’, su track favorito; colocar papel celofán naranja en el celular en ‘Enjoy the Silence’ o incluso portar una máscara de calavera en ‘Ghost Again’. 

Realmente nada de esto fructiferó y se entiende. La mayoría que acudimos a esta fiesta electrónica somos de una generación donde la música manda por sí sola, sus ondas sonoras bastan para llevarte de viaje sin demasiadas pretensiones (“ni que fuera concierto de Cold- play o Taylor Swift”, le digo de broma y en serio a mi chica).

Eso sí, Gahan y Gore, con más de cuarenta años tras los controles de su marca, lucen imponentes y precisos, con una maestría absoluta para llevarte a lo más alto, pero también con matices, tanto en lo musical como en lo visual, para explotar al final con ‘Just Can't Get Enough’, ‘Never Let Me Down Again’ (mi favorita) y ‘Personal Jesus’.

Dentro del ‘Memento Mori’, por momentos olvidamos que todo esto puede morir en cualquier instante, aun cuando también tenemos boletos para esta noche. 
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