Influenza a la vista

Vida 26/09/2016 05:00 Silvia Ojanguren Actualizada 05:00
 

La influenza es una enfermedad que amenaza al mundo y por eso la comunidad científica está alerta, campo en el cual México tiene los recursos médicos para hacer frente a este mal.

La batalla tiene   mucho que ver con la prevención y desde antes de 2009 adquiría el sector salud 24 millones de dosis de vacunas y hoy suman 40 millones, esperando que aumente a 50 para el 2020, cuenta José Luis Sandoval, jefe de Áreas Críticas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.

 

campañas de prevención. El experto médico explica que la temporada de influenza incluye noviembre, diciembre y enero, y la población debe estar atenta a las campañas preventivas para que ante los síntomas de alarma, acuda con el especialista, se atienda a tiempo con tratamiento adecuado.

Los virus de la influenza cambian constantemente y no es inusual que aparezcan nuevas cepas. Para 2016 se esperan al menos cuatro virus ya conocidos, con mayor intensidad, los tipo A.

Los síntomas del mal son más severos que los de una gripe común: fiebre superior a 38 grados C, dolor de cabeza intenso, tos, malestar general, por lo que  hay que acudir al médico para diagnóstico rápido e iniciar el tratamiento con Amantadina o Rimantadina.

La primera está indicada en el tratamiento de la gripe por virus de influenza del grupo A, bloquea la duplicación del virus. La segunda es un antiviral para la prevención y tratamiento del virus de la influenza A.

 

Para no olvidar. “Todas las vacunas son iguales, no hay buenas ni malas. Todos deben vacunarse cada año, en especial la población más susceptible como niños menores de cinco años y mayores de seis meses, mayores de 65 años, mujeres embarazadas. “Pacientes asmáticos, con enfermedades neurológicas, pulmonares crónicas, del corazón, alteraciones sanguíneas, con obesidad extrema, residentes de centros de salud, principalmente”, comenta el neumólogo Johnathan Saúl Castillo Pedroza.

Los adultos deben estar atentos a los síntomas de alarma como dificultad para respirar, vómito o diarrea persistentes, trastornos del estado de conciencia, fallas en la función cardiaca y agravamiento de una enfermedad crónica.

“Es muy importante que en el caso de niños pequeños, los padres se mantengan atentos a síntomas como fiebre alta o dificultad para respirar, aumento de la frecuencia respiratoria, rechazo a alimentos, trastornos del estado de conciencia e irritabilidad y/o convulsiones”, alerta el doctor.

Los especialistas coinciden en que lo más importante es la prevención, información y formación sobre la enfermedad, ya que hay exceso de información, principalmente en internet, que crea muchas confusiones, por lo que lo mejor es acudir con el médico.

 

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