Son pocas las plagas que más atormentan a los padres, como la de los piojos, problema que se creía cosa del pasado, pero que reaparece en buena parte del mundo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, la cual alerta que los más afectados son los niños de 4 a 11 años, debido a la convivencia tan estrecha que mantienen con otros pequeños.
Zona de peligro. La falta de información y la estigmatización ha motivado que las familias no detecten de manera oportuna los ataques de piojos ni acudan con especialistas para erradicar el problema.
Jatziri Chávez, directora del Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE), explica que “los piojos son parásitos muy pequeños, cuyo tipo más común es el P. Capitis, el cual se aloja en la cabeza y logra esconderse en el pelo de las personas, produciendo comezón e irritación, debido a que depositan su saliva y heces, lo que genera una sobre infestación de bacterias, llamada impétigo”.
El primer signo, de la conocida clínicamente como pediculosis, es el picor intenso en la cabeza, principalmente en la zona de la nuca. Basta con abrir el cabello para observar a estos parásitos de color café o gris moverse.
“Otro problema ligado a la presencia de piojos son las liendres, como se le nombra a los huevecillos que ponen y que se adhieren fuertemente al pelo”, indica.
Puntos de peligro. Los centros escolares, señala la dermatóloga, son los lugares donde más prevalece su contagio, debido a la estrecha convivencia que suelen mantener los niños, ya que el simple contacto de cabeza a cabeza, así como el préstamo de accesorios como peines o diademas, es suficiente para su transmisión.
Aun cuando durante la primavera y el invierno se reporta un mayor número de casos, estos bichos pueden atacar en cualquier época del año.
Para no olvidar. “Existen diversos métodos para eliminarlos. Uno de los más tradicionales es hacer una inspección en casa con el cabello húmedo, lo cual facilitará su observación”, señala.
La medida siguiente es la remoción mecánica con la ayuda de un peine de dientes muy cerrados, de preferencia hecho con un material mecánico, pues mejora su erradicación y resulta más duradero.
“Lo más recomendable siempre es acudir con un especialista, ya que el uso irracional de fármacos pediculicidas entre la población general ha incrementado la resistencia de los piojos a los métodos comunes”, dice la experta en asuntos dermatológicos.
