Atrapa cutting a chavos

Vida 09/05/2016 05:00 Silvia Ojanguren Actualizada 05:05
 

El cutting es un fenómeno que atrapa a muchachos solitarios y  maltratados, sin embargo, la ciencia les ayuda.

Los jóvenes viven un mundo que en ocasiones no los entiende y suelen enfrentar en la soledad problemas que requieren de la compañía de los padres y  la atención del especialista, como es el caso del cutting. 

El  fenómeno es alarmante y se da, principalmente, entre adolescentes y consiste en hacerse heridas superficiales en  partes del cuerpo usando objetos punzocortantes.  

Sin fronteras. En México, dicen especialistas en  psicología,  lo llevan a cabo primordialmente niños y jóvenes de 10 a 20 años, personas con francas tendencias depresivas y derivado de una muy baja autoestima.  

“Hay enojo, frustración, dolor emocional y  mucha ansiedad, además de una tendencia a llamar la atención de los adultos y de otros jóvenes”, dice la doctora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).   

“En ocasiones va acompañado de otro tipo de trastornos como   bulimia, anorexia y puede ser consecuencia de bullying o abuso sexual”, agrega.  

Según datos de la clínica médica, el fenómeno se presenta con mayor frecuencia en mujeres (siete de cada 10).  

Voces médicas. “Son jóvenes que viven violencia en sus hogares, en la escuela o sus padres no les dedican el tiempo necesario”, dice la especialista.  

“Se sienten ignorados y rechazados. Para socavar el dolor emocional comienzan a flagelarse la piel, y con el tiempo, la práctica se vuelve adictiva, ‘hay dolor, pero hay un poco de placer en un mundo que entrega pura frustración’, piensan las chicas que practican el cutting”, sostiene Vanesa Echandi, coordinadora general de CEEPI. 

La psicóloga deja en claro que estas lesiones  generalmente no ponen en riesgo la vida de los jóvenes, pero sí pueden indicar una tendencia futura hacia el suicidio.  

Los jóvenes que lo practican, detalla, suelen esconder las heridas con muñequeras, playeras de manga larga, suéteres o algunos otros accesorios.  

“Además hemos notado que se ha propagado en las redes sociales donde los jóvenes suelen compartir fotos que muestran sus heridas: por desgracia,  este medio ha vuelto viral su práctica”, dice Echandi. 

“El problema  está en la dinámica familiar que lleva a los adolescentes a ejercer tales prácticas. Por ello, sugerimos no pensarlo demasiado: acudir rápido con los especialistas para ponerle un alto de inmediato”, dice Sotelo Arias.

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